Aquí puedes ver fotos que forman parte de nuestra memoriamás reciente, escenas que todavía podemos recordar, con rostros familiares y que se corresponden con el último tercio del siglo XX. Envíanos esas imágenes que guardas en tu casa o en tu móvil, en la que aparece tu familia o algún momento reciente de la Semana Santa para reconstruir nuestra memoria más reciente entre todos, el álbum colectivo de Los Blancos que forman cada uno de sus hermanos. Puedes remitir el original o la foto digital al correo veracruzsetenil@gmail.com, enviarla por wasap a cualquier de los miembros de la Junta o del equipo de redacción del blog losblancosdesetenil.com, o publicándola en las redes sociales de Los Blancos con el comentario que consideres oportuno para identificar a las personas, el momento o el lugar en el que aparecen.
1994El Resucitado ante el Torreón antes de su restauración. Foto: MARIO GARCÍA VARGAS.Penitentes blancos en los años 80El Resucitado en procesión hacia El Carril.El Resucitado en las Cuevas de la Sombra. Foto: MARIO GARCÍA VARGAS.El Resucitado en la calle Alta.La Virgen del Rosario en la calle Alta.Banda en la calle Alta.El Amarrao en el Callejón. Foto: MARIO GARCÍA VARGAS.La Virgen del Rosario de regreso, ante el Torreón antes de su restauración. Foto: MARIO GARCÍA VARGAS.Salida del Amarrao, en la que se aprecia la fachada de la Iglesia de la Villa antes de su restauración. Foto: MARIO GARCÍA VARGAS.La Virgen del Rosario en las Cuevas de la Sombra. Foto: MARIO GARCÍA VARGAS.La Virgen de los Dolores en la Cantarería, con la fortaleza de Setenil al fondo. Foto: MARIO GARCÍA VARGAS.El Lizón a la espera de la llegada de la procesión del Silencio. Foto: MARIO GARCÍA VARGASPenitente blanco de Ramón León.El Amarrao en la puerta de Corral, camino de la calle Alta. Foto. JEAN PIERRE HAZÉE.Penitentes blancos. Foto. JEAN PIERRE HAZÉE.Legionarios de Setenil en la Plaza. Foto: JEAN PIERRE HAZÉE.Expectación en la Plaza. Foto: JEAN PIERRE HAZÉE.Bandas en la Plaza en Semana Santa. Foto. JEAN PIERRE HAZÉE.2002199619962003
JUAN IGNACIO MARÍN Publicado en la Revista Vera+Cruz en 2024
En la Iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación de Setenil de las Bodegas existe desde hace siglos un políptico conocido coloquialmente como retablo de la Anunciación, por su tabla central, compuesto de nueve tablas con escenas del Nuevo Testamento y representaciones de santos. Este políptico ha sufrido varios avatares a lo largo de su existencia, resultando con daños en algunas de sus tablas, que provocaron una restauración (conservación, en sentido estricto) en la década de los años 60 del s.XX, siendo su análisis previo a la intervención el primer estudio que se realizó sobre dicha obra. Aunque ocho de esas nueve tablas que la componen tienen una filiación iconográfica precisa, la última es dudosa por sus defectos pictóricos. En este trabajo pretendemos arrojar luz sobre la iconografía e iconología de este último cuadro.
Imagen del retablo de La Anunciación. De arriba hacia abajo, las representaciones de Cristo ante Herodes, Cristo atado a la columna, Cristo ante Pilatos, la Adoración de los Reyes, la Anunciación, el Nacimiento, San Miguel, San Pedro y San Pablo, y Santa Bárbara: ÁNGEL MEDINA LAÍN.
A la izquierda, Santa Bárbara con la torre en su mano izquierda y su padre muerto por el rayo, a sus pies. A la derecha, Santa Catalina con la espada en la mano derecha y la rueda de tortura rota a sus pies.. Foto: ÁNGEL MEDINA LAÍN
El políptico consta de nueve tablas unidas y separadas exteriormente por molduras, con un tamaño de 3.25 m de alto en la parte central y 2.74 en las laterales, y una anchura de 2.34 cm. El soporte es madera de pino, en tablas ensambladas, presentando grietas, faltas de pintura, etc, debido a humedad y abandono. La restauración consistió en limpieza, fijación y relleno de grietas para dar solidez y continuidad al conjunto. Coloquialmente este políptico se conoce como”Retablo de la Anunciación” por el motivo de la tabla central. Los motivos iconográficos de las diferentes tablas están bien adscritos desde siempre, siendo, de arriba hacia abajo y de izquierda a derecha según observaría un espectador: Cristo ante Herodes, Cristo atado a la columna, Cristo ante Pilatos, Adoración de los Reyes, Anunciación, Nacimiento, San Miguel, San Pedro y San Pablo , y, por último ¿Santa Bárbara? El técnico restaurador la marca con una interrogación, por su dudosa adscripción debido a las faltas pictóricas que presenta.
Los polípticos fueron muy populares en la Europa de los siglos XIV y XV en cualquiera de sus versiones: dípticos, trípticos, etc. Consistían en una serie de tablas que se podían (o no ) cerrar una sobre la otra, de tal modo que formaban una especie de caja que se podía transportar con facilidad. En todos los polípticos los temas siempre estaban relacionados de tal manera que formaban un conjunto coherente. En nuestro caso no parece que la intención nunca hubiera sido la de plegarse o ser portátil, sino exhibirse tal cual se muestra actualmente. Ignoramos si la obra se compuso ex profeso para la parroquia, si fue una obra acabada para otra finalidad y adquirida y entregada en donación a la parroquia, etc.
La ausencia de la figura del donante en las tablas inferiores nos indica, por prueba negativa, que no fue un encargo de un particular en cualquier caso. La tabla que nos ocupa en este artículo, la referida a Santa Bárbara, es una figura venerada en la tradición católica como una santa y mártir cristiana. A nivel iconológico e iconográfico, su representación visual ha sido tema de inspiración para numerosos artistas a lo largo de la historia.
Iconológicamente, Santa Bárbara de Nicomedia es conocida por ser una de las Catorce Santas Auxiliadoras, un grupo de santas invocadas para proteger y ayudar en momentos de necesidad. Su imagen se asocia comúnmente con la protección contra tormentas y rayos, así como contra la muerte repentina. En términos iconográficos, Santa Bárbara se representa a menudo como una joven doncella con vestimenta medieval, a veces con una armadura para simbolizar su condición de mártir. Suele llevar una palma, que es un símbolo del martirio, y una espada, que representa su decapitación. Ocasionalmente se la muestra sosteniendo una torre o un rayo, aludiendo a su historia legendaria.
Detalle de Santa Bárbara. Foto. ÁNGEL MEDINA LAÍN.
En el inicio del siglo III, en Nicomedia, cerca del mar de Mármara, nació una joven llamada Bárbara. Era hija de un sátrapa llamado Dióscoro, quien por temor a que se casara a temprana edad y para evitar que se convirtiera al cristianismo, la mantuvo encerrada en un castillo. A pesar de las restricciones impuestas por su padre, Bárbara anhelaba recibir el bautismo, por lo que antes de ser recluida en la torre, acudió a una piscina cercana y se sumergió tres veces, proclamando su deseo de ser bautizada en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Durante su reclusión, la joven contó con maestros que le enseñaron poesía, filosofía y otros temas. Fue durante este tiempo que abrazó la fe cristiana y solicitó a Orígenes, un destacado erudito cristiano, que la instruyera en su nueva creencia. Tras su bautismo, mandó construir una tercera ventana en su habitación, simbolizando la Santísima Trinidad. Cuando su padre regresó y descubrió su conversión, le propuso un matrimonio, pero Bárbara, decidida en su compromiso con Cristo, se negó, afirmando que había elegido al Señor como su esposo. Esto provocó la ira de su padre, quien, siguiendo las creencias paganas, intentó matarla. Sin embargo, Bárbara logró escapar milagrosamente atravesando una pared y encontró refugio en una roca que se abrió para acogerla.
A pesar del milagro, fue capturada nuevamente. El prefecto Marciano trató de persuadirla para que renunciara a su fe, pero todos sus esfuerzos fueron en vano. Luego, ordenó que la torturaran cubriendo su cuerpo con una tela áspera, lo que provocó que sangrara profusamente. Sin embargo, durante la noche, Bárbara experimentó una visión y fue completamente sanada. Al día siguiente, el prefecto la sometió a torturas aún más crueles, colocando placas de hierro caliente sobre su piel ya curada. También intentaron torturar a una mujer llamada Juliana, que mostró compasión hacia Bárbara, pero un milagro apagó el fuego que la atormentaba. Además, Bárbara fue paseada desnuda por la ciudad, pero de manera milagrosa, volvió vestida y sana, a pesar de los latigazos recibidos.
Finalmente, el prefecto la condenó a ser decapitada, y paradójicamente, fue su propio padre quien llevó a cabo la sentencia. Poco después de este acto, un rayo cayó y mató al cruel padre, reduciéndolo incluso a cenizas. En la tabla del políptico de Setenil, podemos verla en la parte izquierda y con los atributos que la definen: la torre, en esta representación con una ventana, donde sufrió prisión; a sus pies, su padre rey, yaciendo muertosegún la leyenda por ser alcanzado por un rayo.
Dióscoro, el rey sátrapa padre de Bárbara. Foto: ÁNGEL MEDINA LAÍN.
La otra figura que aparece, muy deteriorada, frenta a Santa Bárbara, sería Santa Catalina de Alejandría: otra figura venerada en la tradición católica cuya representación iconológica e iconográfica también ha sido ampliamente difundida a lo largo del tiempo. Santa Catalina es una virgen y mártir venerada tanto en la Iglesia Latina como en diversas Iglesias Orientales, con su festividad celebrada el 25 de noviembre. Durante casi seis siglos, ha sido objeto de una devoción profundamente arraigada.
De noble cuna y dotada de gran sabiduría, a los 18 años Catalina se presentó ante el emperador Maximino, conocido por su violenta persecución a los cristianos. Con valentía, cuestionó la crueldad del emperador y la adoración a los dioses falsos. Aunque sorprendido por la audacia de la joven, Maximino no pudo vencerla en sabiduría y la mantuvo prisionera en su propio palacio. Reunió a numerosos sabios para intentar hacerla apostatar, pero Catalina salió victoriosa en el debate. Algunos de sus oponentes, convencidos por su elocuencia, se convirtieron al cristianismo y sufrieron martirio.
Enfurecido por no poder cambiar su fe, Maximino la sometió a azotes y la encarceló. La emperatriz, intrigada por conocer a tan extraordinaria joven, la visitó en su prisión acompañada de Porfirio, jefe de las tropas. Ambos, influenciados por Catalina, se convirtieron al cristianismo y fueron martirizados. Poco después, Catalina fue condenada a morir en la rueda de tortura, pero milagrosamente el instrumento se rompió al tocarla. Furioso y fuera de control, el emperador ordenó su decapitación. Según la tradición, ángeles llevaron su cabeza al Monte Sinaí, donde más tarde se construyó un monasterio e iglesia en su honor.
Sin embargo, las Actas de Santa Catalina han sido transformadas y distorsionadas con descripciones fantásticas, lo cual ha llevado a debates e investigaciones en tiempos modernos para discernir los hechos auténticos. Durante la Edad Media, la leyenda de su martirio se propagó, y se le atribuyeron milagros y poderes. Fue venerada como una de las catorce santas más influyentes y se la alabó en sermones y poemas. Se convirtió en patrona de doncellas y estudiantes femeninas, así como de carreteros y mecánicos debido al símbolo de su martirio, la rueda.
Aunque algunos detalles de su leyenda son cuestionables, nadie duda de la existencia de Santa Catalina. Se considera que los hechos principales de su historia son verdaderos, mientras que muchas de las narraciones maravillosas y discursos que se le atribuyen deben ser tomadas con precaución. A pesar de la popularidad que tuvo en el pasado, la devoción a Santa Catalina ha disminuido con el tiempo.
En el políptico es la figura a la derecha, enfrentada a Santa Bárbara, y podemos ver con claridad la rueda de tortura, rota, a sus pies, así como la espada que simboliza la fortaleza. Ya que su cara está lamentablemente perdida, no podemos ver la corona o el laurel, pero con los atributos que aparecen es suficiente para atribuirle la asignación a Santa Catalina.
Además, es posible encontrar representaciones artísticas en las que Santa Bárbara y Santa Catalina de Alejandría se representen juntas. Aunque son santas diferentes con historias y atributos distintos, a veces se las presenta en conjunto debido a su asociación como dos de las Catorce Santas Auxiliadoras en la tradición católica. En estas representaciones, aparecen una al lado de la otra, generalmente en composiciones religiosas más amplias, como pinturas de retablos o esculturas en iglesias. Cada una conserva sus características iconográficas individuales, pero se unen para transmitir un mensaje conjunto de valentía, protección y defensa de la fe.
Santa Bárbara y Santa Catalina son propias de la imaginería funeraria desde la Edad Media. Su presencia en el políptico pudieran indicar una pista sobre el sentido y finalidad de esta obra. Al hilo de esta advocación, no quiero dejar pasar que los Reyes Católicos fundaron en la Villa un “Hospital de Nuestra Señora de Santa Catalina”, edificio mudéjar que posteriormente en 1702 se reconvirtió a seminario, y ya en pleno s.XX se destruyó para hacer los pisos de la Villa, lo que nos da una idea de la devoción a esta santa en la época
En primer término, el antiguo Hospital de Santa Catalina, posteriormente seminario, en una imagen de la Villa de los años ’50 del siglo XX. Foto: JUAN MARÍN ORTEGA.
En el mismo sentido, el de la ideología funeraria, en la tabla 7ª, San Miguel Arcángel aparece representado en el acto de vencer a Satanás “Quis ut Deus?”, y con la balanza en la mano, esto es, tanto como guerrero como juez , aludiendo al Dia del Juicio Final. Además, es de notar que las alas del arcángel presentan plumaje de pavo real, cuyo significado en la iconología cristiana es la Resurrección de Cristo. El profeta Ezequiel, en su descripción de las características de los querubines, menciona que tienen ojos en sus alas. Debido a esta asociación con los ocelos presentes en los pavos reales, a menudo se los representa con plumas similares. Un ejemplo de esta representación se puede observar en el fresco de la ermita de la Vera Cruz de Maderuelo, creado en el siglo XII y actualmente exhibido en el Museo del Prado en Madrid. Otra imagen del arcángel San Miguel con alas de pavo real se muestra en el retablo de San Miguel (1455-60) pintado por Jaume Huguet y conservado en el Museo Nacional de Cataluña.
Detalle de la tabla 7 del retablo, con el arcángel San Miguel. Foto: ÁNGEL MEDINA LAÍN.
Sería muy interesante , ahondando en esta obra de arte, tesoro de nuestra Villa de Setenil, averiguar cuándo, por quien o quienes y dónde se pintó. Si su destino final fue siempre esta Iglesia Parroquial o podría haber tenido cualquier otro destino, si por la simbología estaba destinado a una capilla, y un análisis estilístico que nos permita una adscripción lo más aproximada posible a su autoría.
Vídeo del retablo de la Anunciación.Altar de la Iglesia de la Encarnación de Setenil.Registro oficial de 1966 de la dirección general de Bellas Artes, en al que se da cuenta del estado y la ficha técnica del retablo de la Anunciación.
José Manuel CORDOBÉS DELGADO Publicado en la Revista Vera+Cruz de 2017
He intentado desempolvar del altillo el pasado de la Santísima Virgen del Rosario. Una historia llena de vacíos e incongruencias, recogida además de forma oral durante generaciones, la cual he intentado esclarecer al máximo posible a través de éste pequeño artículo para que todos los setenileños conozcan la verdadera historia de esta talla mariana. Todo surgió a raiz de un comentario de Sebastián Luque, Hermano Mayor de la cofradía, que me dijo que la Virgen del Rosario era una gran desconocida y que se sabía muy poco sobre ella.
Desde aquel momento, quise indagar en esta bella imagen mariana, preguntando a personas vinculadas con ella desde su llegada al pueblo, en la postguerra. Por tanto, lo que mis palabras expresan son solo un pequeño ápice de lo que se puede saber de ella, pues la restauración a la que ha sido sometida arroja numerosa información desconocida hasta el momento. Algo que dejo en manos de un grandioso profesional como es Don Juan Manuel Miñarro, quien la ha restaurado y puede arrojar luz con mayor certeza que un servidor, dándonos a conocer en mayor profundidad la talla desde un punto histórico-artístico.
Mario G Vargas 2021 Virgen del Rosario en la Iglesia
El origen de la devoción a la Virgen del Rosario en Setenil de las Bodegas hunde sus raíces en el siglo XVI. Los primeros documentos que nos hablan de la existencia de esta devoción rosariana corresponden a 1584, poco tiempo después de fundarse esta cofradía. Dato muy interesante y desconocido hasta el momento, el cual conocemos gracias a la aparición de unos libros históricos de la Hermandad. Por tanto, la advocación gloriosa del Rosario forma parte de esta cofradía prácticamente desde el inicio de la misma, existiendo incluso antes que la Virgen de los Dolores.
Pocos datos tenemos de la antigua Virgen del Rosario que esta Hermandad veneró hasta el fatídico verano de 1936, en el que fue destruida junto a las demás tallas existentes en la iglesia parroquial de la villa de Setenil. Es cierto que no sabemos claramente lo que ocurrió con esta imagen, pero diversas personas mayores nos afirman que fue destruida en su totalidad, salvándose solo el niño Jesús que la talla mariana llevaba entre sus manos. Talla del divino infante que ha llegado a nuestros días, siendo custodiado en casa de su camarera, Josefina Robles.
Pasados los difíciles años de la contienda civil, una serie de familias del pueblo, muy vinculadas con la Hermandad, fueron las encargadas de ir reponiendo el patrimonio perdido, adquiriendo nuevas imágenes. La familia de Elisa Sánchez, más conocida por los setenileños como “La chacha Elisa” fue la encargada de comprar la nueva Virgen del Rosario y su niño Jesús, la cual fue adquirida en el año 1942, cumpliéndose este año el 75 aniversario de su adquisición y llegada a la villa de Setenil.
Se inicia aquí la gran duda de si esta imagen que hoy veneramos bajo la advocación del Rosario era una talla nueva o era una antigua imagen restaurada. A pesar de que algunas personas piensan que puede ser la primigenia, la existencia de testimonios orales lo desmienten. Asimismo, laexistencia de dos niños Jesús deja grandes dudas en este ámbito.
En una de mis visitas a Setenil pude ver la Iglesia Parroquial, apreciando de cerca los rasgos de esta imagen, la cual me pareció de una extraordinaria belleza, con un semblante sereno que invita al fiel a su rezo. De aquella visita, saqué en conclusión propia que era una obra antigua, encuadrada en torno al siglo XVII (su hechura así lo evidenciaba) pero con una impronta muy contemporánea, del mismo siglo XX. El rostro de esta imagen guarda un asombroso parecido con las obras del escultor granadino Navas-Parejo, concretamente con la Virgen del Carmen del malagueño barrio del Perchel de Málaga, por lo que en un principio creí que había podido pasar por las manos de este genial artista granadino. Sin embargo, los documentos aparecidos hace meses, nos corroboran que fue comprada en Sevilla en el año 1942, por lo que no podía ser obra de ningún artista granadino.
Tiempo después, y tras realizar estudios comparativos con obras de escuela sevillana, creo que puede ser una obra que pasó por las manos del artista José Sanjuan Navarro, discípulo del prolífico Antonio Castillo Lastrucci, y cuya obra es muy desconocida. A pesar de ello, conozco diversas efigies suyas, caracrerizadas por un semblante sereno y una policromía muy semejante a la talla del Rosario y de su niño de Setenil. Por tanto, creo que puede ser una imagen que, a pesar de su antigüedad, nos muestra la impronta del siglo XX que este escultor quizás le dio.
A pesar de mi atribución, no puedo corroborarlo pues carezco de más información sobre este artista sevillano. Como ya dije anteriormente en este artículo, mi labor ha consistido en recopilar datos sobre que se sabía de ella hasta ahora, la última palabra la tiene Miñarro quién nos regala una magnifica restauración a la puertas de una nueva Semana Santa.
Como colofón de este artículo, quiero agradecer a todas las personas de esta cofradía, que me han ayudado en la realización del mismo, aportándome datos que desconocía. Quiero mostrar mi más sincero agradecimiento a Sebastián Luque, Josefina Robles, a la encantadora Cándida Marín y en especial y como siempre hago, a mi amigo Juan Sánchez, por su entera disposición siempre con mi persona.
Domingo Resucitado y Virgen del Rosario en la Villa 2022Mario G Vargas 2019 Domingo Virgen del Rosario Albarrá de la VillaMario Garcia Vargas 2018 Domingo de Resurreción Virgen del Rosario Arco de la VillaMario García Vargas 2017 Domingo Virgen del Rosario DetalleMario Garcia Vargas 2015 Domingo Virgen del Rosario Cantareria y puebloMaria GJ 2017 Resucitado Virgen del RosarioMaria GJ 2017 Resucitado Virgen del Rosario en la IglesiaDomingo Resucitado y Virgen del Rosario en la plaza 2022
Por fin llegó el 21 de septiembre, día del Apóstol San Mateo, fecha histórica por la efeméride de la toma de Setenil por parte de los Reyes Católicos en su ofensiva hacia Granada. Esta fecha será igualmente recordada por el día en el que Los Blancos bendijeron e inauguraron oficialmente su Casa, con toda la Hermandad presente y junto al pueblo de Setenil, siendo testigos de excepción las autoridades civiles, militares y eclesiásticas, especialmente vinculadas a la Hermandad de la Santa Vera+Cruz de Setenil.
REPORTAJE FOTOGRÁFICO: MARÍA GJ
Han sido muchos meses de trabajo y esfuerzo hasta llegar a este momento culmen. Tras la Misa Pontifical celebrada en la emblemática Plaza de la Villa se procedió a la bendición de la Casa de Hermandad por parte del Rvdo. Obispo de Asidonia-Jerez, Monseñor Rico Pavés, y a la inauguración oficial por el Hermano Mayor de la Santa Vera+Cruz, Sebastián Luque, junto al Alcalde, Rafael Vargas, la delegada del Gobierno de la Junta, Mercedes Colombo, además de por las diversas representaciones militares compuestas por el General del Cuerpo de Intendencia y Coroneles Jefes de Regulares y Artillería de Ceuta, Infantería de Marina de San Fernando y de la Subdelegación de Defensa, con la presencia del Presidente de la Confraternidad Nacional de Hermandades de la Vera+Cruz, Hermandades y Asociaciones de Setenil y Hermandades de Alcalá del Valle, Arriate, Cañete la Real, Cuevas del Becerro y Olvera.
Al finalizar la Santa Misa, el Alcalde del Ayuntamiento de Setenil dirigió unas palabras de felicitación a toda la Hermandad por el logro conseguido, poniendo de manifiesto la voluntad decidida de poder dotar a Los Blancos de una sede acorde a la realidad social, cultural y religiosas, en un lugar tan emblemático para la Hermandad como es la Plaza de la Villa.
Posteriormente tomó la palabra el Hermano Mayor Sebastián Luque, en primer lugar para agradecer y dar la bienvenida a toda la Hermandad, al pueblo de Setenil y a todas las Autoridades presentes que presenciaban en primera persona este importante y trascendental momento histórico para Setenil y su Hermandad de “Los Blancos”. Hubo palabras de agradecimiento para todas y cada una de las empresas y profesionales que con su trabajo y profesionalidad han hecho posible esta gran obra, legado patrimonial y punto de encuentro para todas las generaciones de Blancos, presentes y futuras.
En su alocución, hubo igualmente reconocimiento para el equipo técnico creado en el seno de la Hermandad que ha sido el encargado de asesorar y coordinar a todos los profesionales intervinientes, hasta llegar a la conclusión de esta gran obra, con un recuerdo muy especial al creador del proyecto D. José Antonio García Molina, fallecido el día 7 de Agosto de 2020, quien diseñó este magnífico espacio para ser disfrutado por toda nuestra Hermandad y por todos aquellos que nos visiten y que va a albergar el Museo “El Arte de los Blancos”, en el que permanecerá expuesto el patrimonio artístico, cultural y devocional de nuestra Hermandad. Se llevó a cabo igualmente un reconocimiento para todos los miembros de nuestra Hermandad que ya no se encuentran entre nosotros y que trabajaron y anhelaron poder contar algún día con una Casa de Hermandad a la altura y dimensión que Los Blancos tienen en Setenil.
La alocución del Hermano Mayor finalizó con el texto que aparece en el retablo cerámico de la fachada principal: “Casa Hermandad de la Santa Vera+Cruz, Sangre de Nuestro Señor Jesucristo y de María Santísima la Virgen de los Dolores de Setenil de las Bodegas, fundada en 1551 por el Obispo de Málaga Fray Bernardo Manrique de Lara.
Esta gran obra, se dedica al fervor y a la devoción a nuestros Sagrados Titulares y a todas las generaciones de “Blancos”, pasadas, presentes y futuras”.
UN ACTO RETRANSMITIDO EN DIRECTO. Los actos fueron emitidos en directo por las televisiones locales y a través de las redes sociales para ser presenciado en directo por los hermanos y hermanas de nuestra Hermandad, ausentes por diversas causas. Todo el protocolo institucional de todos los actos fueron organizados y presentados por el Vocal Institucional y Jefe de Protocolo de la Junta de Gobierno de nuestra Hermandad D. José Antonio García García.
Tras la bendición e inauguración oficial se procedió a visitar la Casa de Hermandad, presentándose el vídeo “El gran proyecto Blanco” sobre el esfuerzo y el trabajo desarrollado, con la participación del patrimonio humano de la Hermandad como aportación a este gran proyecto. Posteriormente las Autoridades firmaron en el libro de honor de nuestra Hermandad.
Finalizados los actos y para conmemorar este gran momento, con el Patio de la Villa deslumbrante y rebosar se ofreció una copa de hermandad y convivencia con todos los asistentes.
INTERVENCIÓN COMPLETA DE NUESTRO HERMANO MAYOR, SEBASTIÁN LUQUE
Rvdo. Monseñor Obispo de Asidonia Jerez. Sra. Delegada del Gobierno de la Junta de Andalucía de nuestra provincia. Sr. Alcalde Presidente y Corporación Municipal del Ayuntamiento de Setenil de las Bodegas. Sr. Comandante de Puesto de la Guardia Civil. Sra. Juez de Paz. Sres Generales, Jefes, Oficiales y Suboficiales de: INTENDENCIA DEL EJÉRCITO DE TIERRA. GRUPO DE REGULARES DE CEUTA. REGIMENTO DE ARTILLERIA DE CEUTA. TERCIO SUR DE INFANTERIA DE MARINA DE SAN FERNANDO. SUBDELEGACIÓN DE DEFENSA. VETERANOS DEL CUERPO DE INTENDENCIA Y DE LA BRIGADA PARACAIDISTA. PRESIDENTE DE LA CONFRATERNIDAD NACIONAL DE HERMANDADES Y COFRADIAS DE LA VERA+CRUZ. HERMANOS MAYORES DE LAS HERMANDADES Y ASOCIACIONES RELIGIOSAS DE SETENIL. HERMANOS MAYORES Y REPRESENTACIONES DE LAS HERMANDADES DE ALCALA DEL VALLE, ALHAURIN DE LOS TORRE, ARRIATE, CAÑETE LA REAL, COIN, CUEVAS DEL BECERRO, OLVERA Y RONDA. ASOCIACIONES Y COLECTIVOS DE SETENIL. VECINOS DE SETENIL. JUNTA DE GOBIERNO, HERMANOS Y HERMANAS DE LA SANTA VERA+CRUZ DE SETENIL.
Gracias a todos por vuestra asistencia a los actos programados con motivo de la bendición e inauguración oficial de nuestra nueva Casa de Hermandad.
Bienvenidos todos a esta Plaza de la Villa, corazón histórico, emocional y devocional de todos “Los Blancos”.
Cuenta la historia de Setenil y así está reflejado en el artesonado mudéjar de nuestro antiguo Ayuntamiento, que un 21 de Septiembre de 1.484, día del Apóstol San Mateo, los muy Católicos Reyes, Isabel y Fernando, conquistaron en su ofensiva hacia Granada esta Villa de Setenil.
Coincidiendo con esta efeméride que ocurrió en Setenil hace 540 años y en esta tarde, primer día del otoño, la Hermandad de la Santa Vera+Cruz, a la que tengo el honor de representar, va a llevar a cabo otro gran acontecimiento que estoy convencido pasará igualmente a los anales de nuestra historia.
Es para todos un día muy importante, que nos llena de gozo y alegría, especialmente para nuestra Hermandad. Por ello y en primer lugar tenemos que dar gracias a Dios, con la intersección de su Hijo el Santísimo Cristo de la Vera+Cruz, por esta gran obra que quedará para toda la Hermandad y el pueblo de Setenil.
En unos instantes y tras la finalización de esta Santa Misa, se va a proceder de forma solemne a la bendición por parte de nuestro Obispo de Asidonia-Jerez Monseñor Rico Pavés y posterior inauguración oficial, acompañado por toda la Hermandad de “Los Blancos”, con su Junta de Gobierno al frente, actuando como testigos de excepción el pueblo de Setenil y todas la Autoridades Civiles,
Militares y Religiosas, presentes en esta Plaza de la Villa y que nos acompañan en este acto. Es momento para la satisfacción y el agradecimiento. Por ello permitidme que cumpla con mi obligación de agradecer pública y expresamente a todos los que han hecho posible la consolidación de este proyecto de CASA DE HERMANDAD.
En primer lugar al Ayuntamiento de Setenil de las Bodegas, que tuvo a bien conceder la cesión de este inmueble de Plaza de la Villa nº 21 para tal fin, a su Alcalde, a la Corporación Municipal y a todos los funcionarios y técnicos que hicieron posible la resolución de este arduo y complejo expediente administrativo.
Igualmente agradecimiento muy especial por el esfuerzo, trabajo e implicación de todos los profesionales y empresas que han participado de forma activa en esta gran obra, comenzando por la empresa constructora, albañiles, yesístas, herreros, carpinteros, pintores, fontaneros, electricistas, cantero, ceramista, vidriero, etc. agradecimiento que se hago extensivo al equipo técnico constituido en el seno de nuestra Hermandad, que ha sido el encargado de dirigir, coordinar y emprender las acciones necesarias entre todos los profesionales participantes para culminar de forma brillante este proyecto.
Ahora permítanme que haga una mención y un recuerdo muy especial al Arquitecto Técnico D. José Antonio García Molina, encargado de plasmar y proyectar esta Casa de Hermandad, que a priori se presentaba complicado, al ser un inmueble ubicado en pleno corazón de la Villa, catalogada Conjunto Histórico Artístico. El proyecto fue presentado públicamente a todos los Hermanos de la Hermandad el día 3 de Julio de 2021, falleciendo de forma repentina tan solo un mes después.
Nuestro querido José Antonio plasmó desde un primer momento la filosofía e idea de lo que tenía que ser nuestra Casa de Hermandad, con la envergadura histórica, social y religiosa que nuestra Hermandad supone para Setenil. Vaya desde aquí nuestro agradecimiento y recuerdo a este gran profesional, creador de este proyecto, al que siempre le estaremos eternamente agradecidos por su legado a los Blancos de Setenil.
Indicar que la dirección técnica y facultativa de este proyecto fue retomada y posteriormente concluida por el también Arquitecto Técnico y Hermano de esta Hermandad D. Enrique Troya Morales.
Ahora me gustaría centrarme en los que componéis esta Santa Hermandad de la VERA+CRUZ. Nada hubiese sido posible sin ustedes. La ayuda e implicación de todos los Hermanos y Hermanas ha sido imprescindible para culminar esta obra.
Desde un primer momento ha sido clave la buena voluntad de todos los Blancos por la culminación de este proyecto. Desde su aportación económica o material, pasando por las muestras de aliento e ilusión que en el seno de la Hermandad recibíamos de todos. Tengo que manifestar que es impensable que una construcción de este tipo pudiera estar ejecutada en un tiempo record inferior a un año, si no hubiese sido por la implicación y cariño de todos a la Hermandad.
Por todo ello, a los hombres y mujeres de esta Hermandad, niños, jóvenes, adultos…. GRACIAS de corazón en nombre de toda nuestra Junta de Gobierno y en el mío propio, agradecimiento que hago extensivo a todo el pueblo de Setenil, que igualmente ha colaborado en este gran proyecto.
Un recuerdo muy especial y entrañable para todos los Hermanos y Hermanas de la Hermandad, que ya no se encuentran entre nosotros y que anhelaban y trabajaron por una Casa de Hermandad digna y acorde a la dimensión histórica y devocional de “Los Blancos”.
A todos ellos que estarán en presencia del Señor de la Vera+Cruz y de su Santísima Madre la Virgen de los Dolores le dedicamos nuestro recuerdo entrañable y emocional. Estoy seguro que se sentirán orgullosos de este acontecimiento que estamos celebrando.
Estamos en condiciones de poder manifestar que la Casa de Hermandad de “Los Blancos” se encuentra finalizada y equipada para ser punto de encuentro de todos y para todos, con un museo permanente donde podamos mostrar nuestro patrimonio religioso, artístico y cultural, de una Hermandad que cuenta con casi 475 años de historia y con un patrimonio humano que nos define como una hermandad activa y adecuada al Siglo XXI.
Para finalizar mi intervención, me gustaría hacerlo con el texto que aparece en el retablo cerámico donado por nuestro Hermano Mayor Honorario el Cuerpo de Intendencia y que preside la fachada de la Casa esta Casa de Hermandad que hoy inauguramos y que dice como sigue.
“Casa Hermandad de la Santa Vera+Cruz, Sangre de Nuestro Señor Jesucristo y de María Santísima la Virgen de los Dolores de Setenil de las Bodegas, fundada en 1551 por el Obispo de Málaga Fray Bernardo Manrique de Lara.
Esta gran obra, se dedica al fervor y a la devoción a nuestros Sagrados Titulares y a todas las generaciones de “Blancos”, pasadas, presentes y futuras”.
Cuando el 21 de septiembre de 1484 los moros entregan finalmente la fortaleza de Setenil, después del asedio llevado a cabo por el rey Don Fernando, una de las primeras instrucciones que deja a su capitán mayor Don Francisco Enríquez es hacer una ermita bajo la advocación de San Sebastián Mártir, en el lugar donde, a la retaguardia del asedio, estarían situadas las tiendas dedicadas a hospital. Es de suponer que un plazo breve de tiempo quedó construida esta ermita, por lo que la fecha de edificación entra plenamente en las postrimerías del s.XV
La Iglesia parroquial, en la Villa, debió iniciarse a continuación. Estilísticamente es también, como la ermita mencionada, gótico tardío. No tenemos constancia de la fecha exacta de inicio de las obras, aunque es sabido que primeramente se hizo una iglesia de estilo mudéjar (la actual entrada al templo), decorada con frescos que permanecen ocultos actualmente, y, en un plazo relativamente breve, se decidió hacer la obra actual, comenzando desde el ábside o cabecera y progresando hasta la actual entrada, hasta que la falta de fondos dejó inconclusa la nave central, fusionada con lo que quedaba de la obra mudéjar de la manera que buenamente pudieron en su momento.
En el grabado correspondiente a Setenil de la obra Civitates Orbis Terrarum, de Georg Braun y el grabador Franz Hogenberg y publicado entre 1572 y 1618, la iglesia está prácticamente concluida, a falta del tramo final del campanario, pues no se visualiza en dicho grabado. Si nos atenemos a las fechas de publicación, es claro que en el s. XVI nuestro templo parroquial estaría operativo. Es en el exterior del ábside donde hemos encontrado el grabado, realizado con un punzón o un buril sobre un sillar, al que alude el título de este articulo.
Desde antes de la Edad Media los maestros canteros esculpían en los sillares que tallaban marcas o signos lapidarios, los cuales servían como “marca” de autor, o bien podían tener otros significados. Según Alvarado Planas (“Heráldica, simbolismo y usos tradicionales de las corporaciones de oficio: las marcas de los canteros”, Premio Nacional de Historia de España, 2009) hay que diferenciar entre signos lapidarios y marcas de cantero.
Dentro de los signos lapidarios, puede diferenciarse categorías como:
Marcas o signos mágicos (protección al peregrino, astrología..)
Marcas de donante, referidas a quienes costearon parte del edificio .
Y dentro de las marcas de cantería, tendríamos las marcas de la cantera de procedencia (marcas de cantería, que no tienen que ver con las marcas de cantero) y marcas auxiliares, que servirían para indicar la orientación o posición del bloque o pieza, con significados tales como asiento, posición, orientación, altura o grosor.
En cuanto a las mencionadas marcas de cantero, cuya función era identificar al autor del trabajo (para cobrar el trabajo, por ejemplo), el mencionado autor las divide en:
Marcas reticulares: Básicamente iniciales entrelazadas o signos monogramáticos
No obstante, además de estos signos descritos, podemos encontrar marcas denominadas grafitis, signos históricos lapidarios, firmas, etc., que pueden ser posteriores a la conclusión de la edificación y se corresponden a los dejados por viajeros, miembros de logias, peregrinos a su paso, etc., que no tienen ningún sentido práctico y son difíciles de datar (salvo los viajeros que estampan firma y fecha).
Por no abusar sobre la extensión, forma y función de los signos o marcas de cantería, remitimos al lector a este artículo de Alvaro Rendón Gómez, donde el interesado encontrará una exhaustiva y completa clasificación y lectura de los mismos.
Por último, y menos usuales, son marcas hechas en la piedra a modo de boceto o indicación arquitectónica del maestro de obra (magister muri) para dejar alguna instrucción visible o simplemente como boceto de algo por concluir.
Como ejemplo de esto, el posible boceto de vitral del monasterio de Suso (La Rioja).
Fuente: Interpretación histórico-grafológica de las marcas de los canteros medievales, Sandra Cerro 2022. http://www.sandracerro.com
Este tipo de grabados son de la misma fecha en la que se está ejecutando la obra, y claramente son indicaciones o aclaraciones que se tienen visibles para consulta.
Grabado de Moreruela
En Setenil tenemos, por el momento, una marca identificada en un sillar al exterior, en la cara oriental del templo, que entraría en la categoría de boceto arquitectónico o marcas de diseño. Esta sería un boceto de las ventanas que iluminan la nave.
Ventanales en la Iglesia de la Encarnación. Foto: ÁNGEL MEDINA LAÍN.
Marca de diseño. Foto: Juan Ignacio Marín
En este grabado se aprecia claramente la disposición del ventanal-tipo que tiene la iglesia en su nave central, arriba, en los laterales: Una ventana dividida por una columnita y coronada con un rosetón. Posiblemente, a modo de hipótesis, si bien el diseño grabado es claramente gótico (rosetón grande, arcos apuntados ojivales..) quizás a la hora de ejecutar las ventanas se optase por un diseño más renacentista, acorde con la etapas finales de construcción del templo.
Ejemeplo de ventana góticaVentana bífora renacentista, similar a la de la iglesia de la Encarnación
Teniendo en cuenta que la ejecución de la iglesia se realiza en un período muy tardío del gótico no sería de extrañar que, si bien hay elementos que sería imposible de cambiar en fases avanzadas de la construcción (las nervaduras del crucero, por ejemplo), otras menores sí serían fácilmente modificables a fin de ajustarlas a los nuevos gustos de la época, como estos ventanales, pues es a finales del s. XV la etapa donde el gótico convive con los estilos renacentistas.
La Junta de gobierno de la Hermandad de la Vera+Cruz de Setenil aprobó por unanimidad en febrero de 2019 la solicitud del «título honorífico de Seráfica y Franciscana», que fue reconocido el 19 de noviembre de 2021 en una comunicación firmada por fray Antonio Arévalo Sánchez. En este enlace puedes leer las motivaciones de la Hermandad en la carta que dirigió el Hermano Mayor, Sebastián Luque, el 4 de marzo de 2019. En el siguiente artículo, publicado en la Revista Vera+Cruz en 2007, el párroco José Manuel Guzmán Rodríguez nos explica el significado y la relevancia de la pertenencia a la tradición franciscana. Los franciscanos son, de hecho y no por carambola histórica, custodios de la reliquia más antigua y grande de la Vera Cruz («Lignum Crucis»), que se halla en el monasterio de Santo Toribio de Liébana. En este artículo descrubriremos, además, aportaciones históricas del máximo interés: cómo aparecen las primeras procesiones a finales del siglo XV.
Solicitud de la Junta de Los Blancos en febrero de 2019
Carta del Hermano Mayor, Sebastián Luque
Carta de Ramón Vázquez
Comunicación del reconocimiento del título
Los franciscanos y las Hermandades de Penitencia
JOSÉ MANUEL GUZMÁN RODRÍGUEZ Párroco de Jédula y Director Espiritual de los Triduos de nuestra Hermandad
Para atender adecuadamente el vínculo que existe entre los franciscanos y las hermandades de penitencias hay que conocer un poco la espiritualidad de San Francisco de Asís, fundador de la Orden de los Frailes Menores. A él le toca vivir la Alta Edad Media, período de efervescencia religiosa y de singular devoción a la humanidad de Nuestro Señor Jesuscristo, época comparable solamente al Siglo de Oro español (s.XVI). San Francisco se siente particularmente atraído por dos misterios de Cristo: la pobre cuna y el Calvario, Belen y el Gólgota. A él se debe, al menos en germen, la costumbre de los «nacimientos» y también de reverenciar la Santa Cruz. En su biografía, así como en su testamento, ocupa un lugar especial la jaculatoria que hacía cada vez que veía una cruz, aunque fuese la formada casualmente por dos ramas de árbol: «te adoramos, oh Cristo, pues por tu Santa Cruz redimiste al mundo», tomada naturalmente de la liturgia del Viernes Santo. Las apariciones de Cristo al Santo de Asís serán siempre en forma de Crucificado, hasta el punto de imprimir Éste sus santísimas Llagas o Estigmas en el cuerpo maltrecho del Pobrecillo Francisco.
Con este precedente en la vida del fundador de los franciscanos, no debe extrañarnos que su Orden, en consonancia con el padre, tuviera devoción a las mismas cosas con él. Mucho antes de que los franciscanos hicieran la tau (letra hebrea de referencia bíblica y usada por el Santo como firma) su emblema, fueron siempre el escudo con las Cinco Llagas, la Santa Cruz de Jerusalén y el abrazo de la Cruz (el brazo de Cristo y el de Francisco entrecruzados) la insignia preclara de estos religiosos mendicantes. Por eso serán ellos mismos los impulsores de la devoción a las Cinco Llagas, a la Sangre de Cristo que de ellas mana y a la Cruz que las originó, así como el camino o vía que el Salvador recorrió cargado con semejante instrumento de tortura.
Se da, además, la circunstancia de que los franciscanos, desde primera hora, constituyeron en torno a sí, haciéndoles partícipes de su espiritualidad, a un grupo de seglares a los que denominaron «terciarios», con estatuto y regla propia. Muchas de estas órdenes terceras serán en el futuro el referente inmediato de las hermandades y cofradías. Incluso en lugares de nuestra diócesis, como es el caso de El Puerto de Santa María, los primeros en organizar un vía crucis que procesionaba con el Cristo de los Afligidos no serán los cofrades, sino los hermanos de la Venerable Orden Tercera (Franciscana). Dicho sea de paso, los franciscanos no inventaron el rezo de las estaciones del vía crucis, pues ya desde el s. IV tenemos abundantes testimonios de esta costumbre en la misma Jerusalén. Pero a raiz de darles el Papa en 1342 la custodia permanente de los Santos Lugares, propagarán en Europa este ejercicio piadoso para aquellos que no tienen la oportunidad de viajar a Tierra Santa, hasta el punto de ser los únicos con derecho a erigir las estaciones en cualquier iglesia de la cristiandad, privilegio actualmente abolido.
Precisamente su presencia en los Santos Lugares les hará beneficiarios en el reparto de las reliquias de la Santa Cruz, de las que siempre intentarán tener un ejemplar en sus conventos. Históricamente la devoción a la Santa Cruz había precedido a la del Crucificado, de iconografía tardía. Ahora con los franciscanos ambos elementos se mantienen unidos, aunque con su respectiva autonomía. Los franciscanos son, de hecho y no por carambola histórica, custodios de la reliquia más antigua y grande de la Vera Cruz («Lignum Crucis»): la que se halla en el monasterio de Santo Toribio de Liébana.
Pero aún debemos responder a este interrogante: ¿cuándo y cómo se establece la relación entre los franciscanos y las hermandades de penitencia?
Ante todo un dato: la Semana Santa no se aparece como tal hasta fines del siglo XV y sobre todo del XVI. Lo anterior eran procesiones de gremios laborales en torno a un patrón, casi nunca un Cristo o María, procesiones de reliquias o eurcarísticas al estilo de la de 1312 de Liejo (Bélgica), o bien procesiones de disciplinantes. Ciertamente ya vemos presentes a los religiosos de San Francisco en muchas de estas procesiones.
Pero no cabe apenas duda de que la primera cofradía de penitencia en el sentido moderno tuvo su origen en Italia, desde donde fueron importadas a España por los frailes, arraigando primero en Castilla y luego en Andalucía.
Para los franciscanos, de fuerte tradición corporativa y confraternal, la penitencia pierde su sentido individual, para hacerse colectiva, pública. Y la mayor manifestación penitencial colectiva surge cuando deciden «sacar la iglesia a la calle», haciendo salir de los templos imágenes que conmueven, que mueven al arrepentimiento y a la penitencia.
Desde luego parece cierto que, al menos en Sevilla, la primera cofradía seráfica es la de la Vera Cruz, fundada en el convento de San Francisco, que da culto a la reliquia traída por los frailes desde Tierra Santa. Por lo tanto, vemos a estos religiosos en el origen mismo de la Semana Santa sevillana. Lo mismo cabe decir del famoso Vía Crucis a la Cruz del Campo instituido en 1521 por don Fadrique Enríquez de Ribera, primer marqués de Tarifa, a su regreso de un viaje por Tierra Santa, dond elos franciscanos le habría enseñado la antigua tradición del vía crucis de las «doce estaciones», es decir, el que habría seguido a diario la Virgen para recordar el tormento de su hijo. Es curioso que ya este vía crucis se hace con capucha, tapados al estilo de los nazarenos de hoy.
Cuando el Concilio de Trento, en su sesión XXV del 4-12-1563 sobre «la invocación, veneración de los santos y reliquias y sagradas imágenes», dio luz verde a la piedad popular, los franciscanos, tan afectos al Romano Pontífice y a su magisterio, debieron sentirse legitimados, mejor aún impulsados, a involucrarse con más dedicación en la buena marcha de las hermandades y cofradías.
Ni que decir que en adelante los franciscanos crearon y dieron cobijo en sus conventos a muchísimas hermandades y cofradías, principalmente a las que veneraban los misterios de Cristo entrañablemente amados por la Orden: su Cruz, sus Llagas, su Sangre, su Humildad y Paciencia en la Pasión, sus Espinas Dolorosas…
Desde sus orígenes la Fraternidad Franciscana ha visto en esta piedad popular un poderoso agente y un medio magnífico para hacer calar el mesaje evangélico en el corazón de los fieles y mover a conversión. Y es que las estaciones de penitencia son la continuación de aquel famoso episodio de «Fray Ejemplo», en el que Francisco, haciéndose acompañar de otro fraile, se pasearon por un pueblo vestidos de burda estameña y. en silencio, para que la gente se cuestionara sobre su vida.
Pero, sobre todo, la Orden ha visto a las cofradías como portadoras de uno de los valores supremos que se encierra en el título de la Orden: Hermanos. Cuando las hermandades están vivas y llevan a la práctica los fines descritos en sus reglas, el máximo deseo de Cristo se cumple: «que sean uno, como Tú y Yo. Padre, somos uno».
Me gustaría terminar con un dato curioso que nos aporta el estudioso de la saeta andaluza Ramírez Palacios: las saetas, antes de ser las saetas espontáneas y quejumbrosas que ahora escuchamos, eran el modo como los franciscanos exhortaban en sus misiones populares al arrepentimiento, como preparación a una buena confesión general. ¡Hasta en esto nos han dejado su huella seráfica los buenos franciscanos!
La Hermandad de la Vera+Cruz, fundada en 1551, mediante petición realizada por el Obispo de Málaga, Fray Bernardo Manrique de Lara, con otorgación de bula papal promulgada por Sixto V en 1590 último año de su pontificado (fue el papa nº 227 de la Iglesia católica entre 1585 a 1590). Una segunda bula es concedida en 1763 a la Hermandad por el Papa Clemente XIII.
Digamos que esta Hermandad, al igual que otras que surgen en el país por estas fechas, recogen las nuevas normativas emanadas del Concilio tridentino. Finalmente, y como nota relevante, en diciembre de 2015, el Rey Don Felipe IV acepta el nombramiento de Hermano Mayor Honorario de la Hermandad de la Santa Vera+Cruz de Setenil.
La Hermandad presenta una heráldica compuesta por una corona de espinas en sinople (verde), en cuyo campo acoge en el centro del mismo el anagrama de JHS en sinople, superado sobre la «H» de una custodia de oro con Sagrada Forma. En punta tres clavos de cabeza plana en sable (negro) dispuestos uno en palo, otro en banda y otra en barra. Acompañan en el cantón siniestro del jefe un racimo de uvas tallado y hojado en sinople, y en el cantón diestro del jefe dos espadas cruzadas apuntadas hacia arriba en argén (plata).
La simbología de los elementos que componen la heráldica: la corona de espinas que tiene profundas raíces místicas. La corona de Jesús enlaza con el Génesis como símbolo del Pecado original, y Cristo le da un nuevo significado al cargar con ella en su sufrimiento, y, por tanto, liberar al hombre de ese peso. Jesús cumple también simbólicamente con la profecía de Isaías sobre el Mesías: el profeta ya indicó siglos antes del nacimiento de Cristo que sería rey, pero que moriría torturado y despreciado.
La Corona de Espinas tuvo que ver más con la burla que con el dolor (Mt 27,29), se reconoce como atributo de pasión, recoge el significado propio de la realeza combinándolo con el martirio. Para los cristianos, la Corona de Espinas es un recordatorio de dos cuestiones: 1º. Jesús fue un rey, un día todo el universo se inclinará a Jesús como el «Rey de reyes y Señor de señores» (Ap 19,16); 2º. Jesús estaba dispuesto a soportar el dolor, los insultos, la vergüenza, pero vemos en Jesús aquel que fue coronado de gloria y honra (Hb 2,9).
El monograma JHS aparece en los primeros siglos de nuestra era, a partir del nombre griego de Jesús: Ἰησοῦς (Iēsoũs, en mayúsculas ΙΗΣΟΥΣ), del que sería abreviatura. Esta abreviatura, iota-eta-sigma, es ΙΗΣ, siendo sustituida la sigma final por la S, pero permaneciendo la eta griega, por su similitud con la H latina, y quedando como lo conocemos ahora.
El olvido del origen del monograma dio lugar a etimologías populares, tales como: Iesus Hominum Salvator («Jesús salvador de los hombres» en latín) o incluso Iesus Hierusalem Salvator («Jesús salvador de Jerusalén»).
In Hoc Signo vinces («con esta señal vencerás»), creada por el emperador romano Constantino (272-337), quien afirmaba que antes de la batalla del Puente Milvio se le había aparecido el acrónimo IHS junto a su expansión explicativa: «In Hoc Signo Vinces», haciendo referencia a que si el se convertía al cristianismo vencería en la batalla. Sin embargo, tras ganar la batalla, Constantino adoptó como símbolo el lábaro (estandarte) con el monograma XP (Χριστός Khristós: Cristo).
También se ha interpretado: I Have Suffered (HS) como «Yo he sufrido». En español, JHS puede interpretarse como «Jesús Hijo y Señor».
Este monograma aparece en muchas ocasiones en solitario, pues su sola presencia ya es una representación de Jesús para los cristianos, pero en otras ocasiones se encuentra asociado con otros símbolos, como en el caso de la Vera+Cruz de Setenil. Este símbolo también asociado al monograma son los tres clavos puestos en punta, que pretenden recordar a aquellos que clavaron a la cruz a Jesús en su crucifixión. Por lo general estos clavos se representan en número de tres, figurando la imagen escenificación clásica de la Crucifixión de Cristo, en la que cada clavo atraviesa cada mano y un tercero a ambos pies, puesto uno sobre otro.
La custodia es una de las simbologías utilizadas para representar la sacramentalidad de la Hermandad, por fusión con la que ya existía y que desapareció en el siglo XVIII.
La custodia también es llamada ostensorio (del latín ostendere, «mostrar»). Consiste en una pieza de oro u otro metal precioso, donde se coloca la Hostia después de ser Consagrada para la adoración de los fieles. El uso moderno se ha limitado ambos términos a los vasos destinados a la exposición del Santísimo Sacramento, y es solo en este sentido que utilizamos la palabra ostensorio y custodia (1). En época del Renacimiento se construyen en forma de templete y, desde finales del siglo XVI se le empieza a dar la forma que hoy está más en uso: en forma de sol radiante con adornos de ángeles o pedrería fina que rodea al «viril», donde se pone la hostia.
En España se estableció a mediados del siglo XV la costumbre de procesionar sobre carroza o en andas la custodia la «Hostia Consagrada» para su veneración, sobre todo en la festividad del Corpus Christi.
El racimo de uvas se interpreta como símbolo eucarístico. La vid, planta sagrada que representa la vida y es signo de inmortalidad, gracias al jugo de su fruto (vino). Es símbolo de prosperidad, abundancia, longevidad, fertilidad y plenitud, asociada a su vez con las festividades y la alegría. De ella se extrae el vino, elemento líquido utilizado por Jesús en la última cena, en laque instituye la Eucaristía, y simboliza la sangre de Cristo (Mc. 14,12-16. 22-26).
Las espadas cruzadas simbolizan en este caso la defensa de la fe, son símbolo de unidad y es la alianza entre los dos poderes civil-militar y eclesiástico. Las dos espadas en sotuer apuntadas hacia arriba significado de «estar dispuesto a…» Esta espadas están avaladas por el sitio militar. Una espada sería en honor a San Sebastián, Patrón y Protector de Setenil, al mismo tiempo que es el Patrón de los soldados y delos arqueros. La otra espada representa al pueblo defensor y seguidor de Cristo.
Finalmente el color verde caracteriza a la Vera+Cruz. Su nombre heráldico es sinople. Este color representa la virtud cardinal de la fortaleza, complementándose con la virtud teologal de la esperanza y la caridad.
Lo podemos ver en la octava estación del Vía Crucis (Lc 23, 27-31). Lo seguía una gran multitud del pueblo y de mujeres que lloraban y hacían lamentación por él. Pero Jesús, volviéndose hacia ellas, les dijo:
–Hijas de Jerusalén, no lloréis por mi, sino llorad por vosotras mismas y por vuestros hijos, porque vendrán días en que dirán: «Bienaventuradas las estériles y los vientres que no concibieron y los pechos que no criaron». Entonces comenzarán a decir a los montes: «Caed sobre vosotros», y a los collados: «Cubridnos», porque si en el árbol verde hacen estas cosas, ¿en el seco qué no se hará?».
Se desconoce con precisión el momento concreto en el que se incorpora la advocación de Cristo Resucitado a la Hermandad de la Vera-Cruz de Setenil. De hecho, gracias a las crónicas documentales conservadas en el archivo de la Hermandad, se sabe de la importancia de este día, el cual tras finalizar la procesión, se realizaba el tradicional cabildo de cuentas y el cambio de mayordomo que estaría al frente de la Hermandad hasta el año próximo. Gracias a esta interesantísima documentación, hemos podido saber algunos datos de esta imagen cristífera y la fecha aproximada de su incorporación a la Hermandad de los blancos.
En los inventarios fechados en octubre de 1718 y abril de 1851, se hace una mención al Cristo Resucitado existente en la ermita de San Sebastián, aunque no da más datos al respecto. De esta escueta información podemos confirmar de la existencia de la advocación de Cristo Resucitado en la Hermandad, desde hace 300 años.
Imagen actual del primitivo Resucitado en la Iglesia de la Villa. Foto: SEBASTIÁN LUQUE.
Aunque en el Cabildo de abril de 1903, nos explica que la talla fue «retocada» un año antes por José Pérez Benítez, secretario de la Hermandad, tenemos que irnos al inventario de 1906 para contarnos con seguridad lo poco que se sabe de esta talla cristífera. En él, nos dice que fue realizada en 1791 en la ciudad de Sevilla, siendo su coste de 600 reales. La imagen, traída por Francisco Ordóñez, llegó a Setenil el 15 de abril de 1791, siendo bendecida días después, concretamente el 18. En el referido inventario también hace mención a unas andas para procesionarlo.
Se desconoce con seguridad si esta fue la imagen que desfiló por las calles de Setenil durante siglos hasta el fatídico 1936, ya que existen hipótesis orales de que existía otro resucitado en la parroquia, algo bastante improbable pues la referida imagen no aparece reflejada en ningún inventario anterior a 1936, ni tampoco aparece como talla destruida en 1936. Por tanto se puede corroborar con absoluta seguridad de que estamos hablando de la misma talla que se adquirió en 1791. Es decir, estamos ante una imagen con más de 225 años de antigüedad.
Todo ello, hace llevarnos a la conclusión de que la talla del Resucitado se encontraba todo el año en la Ermita de San Sebastián, procesionando desde allí el Domingo de Resurrección junto a la Virgen del Rosario, que sí lo hacía desde la parroquia. No se tiene constancia de una fecha concreta a partir de la cual se incorporara la iconografía del Resucitado al Domingo de Resurrección, aunque sí hacía desde principios del siglo XIX por lo que intuimos que ya en esa época la acompañaría el Señor Resucitado.
Los tristes sucesos de 1936 hicieron que la talla de pequeño formato, la cual tenía altar propio en la ermita de San Sebastián, fuera ocultada junto a otros enseres y ornamentos por unos primos de la madre de Cándida Marín, quienes lo enterraron en un maizal envuelto en mantas, salvándose así de una segura destrucción.
Ya en la postguerra se decidió comprar una talla nueva, pues la primitiva a pesar de haberse salvado era muy pequeña y estaba muy deteriorada. De hecho, no se tiene constancia de que haya procesionado tras la guerra.
El Señor Resucitado procesiona el Domingo. En esta imagen, por la calle Cantarería, con la fortaleza de Setenil de fondo. Foto: MARIO GARCÍA VARGAS.
La actual talla del Señor Resucitado fue comprada porMiguel Domínguez, más conocido como «Miguelito», gran devoto de esta imagen y muy involucrado con la celebración del Domingo de Resurrección, día de júbilo y alegría para todos los setenileños y en especial para el cristiano.
El icono cristífero, de formato académico (1,20 m aprox), es una talla seriada de pasta de madera realizada en los talleres de «Arte Cristiano» de Olot (Gerona), siendo adquirida a finales de los años 40. En el aspecto iconográfico, presenta a Cristo mirando al cielo, vestido con túnica, con el tradicional estandarte en su mano izquierda, mientras bendice al pueblo con su mano derecha. En torno a 1955, la imagen fue restaurada por un pintor de Baena, llamado Vicente Piernagorda, quien se casó con la setenileña Josefa Aguilera. Fue de nuevo restaurado por el escultor Rafael Ruíz Liébana en su taller ubicado en la colonia de Santa Inés de Málaga, en la década de los 80. Por último, en 2007 fue de nuevo intervenido. En esta ocasión por David Becerra Domínguez, natural de la cercana pedanía rondeña de Los Prados.
En cuanto a la primitiva imagen del Señor Resucitado, actualmente en la parroquia, como se mencionó anteriormente, fue realizada en Sevilla 1791 y puedo encuadrarla como una imagen de la escuela sevillana de finales del siglo XVIII, muy cercana a la producción de Pedro Duque Cornejo, aunque su gran deterioro hace muy difícil su estudio.
Bajo mi punto de vista, esta imagen con un pésimo estado de conservación, debería de ponerse en valor, siendo restaurada adecuadamente, recuperando el esplendor perdido, incluso devolviéndola al emplazamiento original de San Sebastián. Es justo y necesario.
El Resucitado y la Virgen del Rosario en la Plaza. Foto: MARÍA GJEl Señor Resucitado ante la Iglesia parroquial. Foto: MARÍA GJDomingo de Resurrección de 2018. Foto: MARIO GARCÍA VARGAS
Continuamos en la senda de divulgar los testimonios históricos que se recogen en distintos libros de Actas del Cabildo y otros documentos históricos de la Hermandad de la Santa Vera+Cruz. No podemos obviar que todos estos legajos forman parte del legado cultural y la historia de nuestro pueblo, y son una evidencia real de lo importante que ha sido la recreación popular de la Semana Santa, no sólo para la Hermandad, sino también para todo el pueblo de Setenil.
Las procesiones de Semana Santa son una herencia del Concilio de Trento. Prácticamente debíamos entenderlas como representaciones teatrales imbuidas del espíritu barroco. Sin embargo, no debemos olvidar que gran parte de la liturgia católica y de los ritos religiosos seguían celebrándose en el interior de los templos del mismo modo que a lo largo de la Edad Media.
El principio de la catequesis eclesiástica desde la Edad Media hasta el siglo XX ha sido mostrar la Historia Sagrada y, sobre todo, los Evangelios mediante la representación de imágenes y alegorías religiosas, en su diversas formas (escultura, pintura, autos sacramentales,…). Desde finales del siglo XVI las representaciones teatrales al aire libre -bien a través de la procesión de imágenes o bien mediante “representaciones en vivo” por personas- fueron algo frecuente en España y se constituyeron en una de nuestras tradiciones culturales más emblemáticas.
El documento que se expone a continuación fue redactado en 1839 y tiene dos partes claramente diferenciadas. Pero muy relacionadas por formar parte del mismo legajo y por dejar constancia del interés por recuperar la tradición escrita mediante los testimonios orales, acerca de los oficios religiosos que organizaba la Hermandad.
En primer lugar, transcribimos el testimonio que constata la pérdida de gran parte de la documentación histórica de la Hermandad de la Santa Vera Cruz y que, a partir del 3 de abril de 1839, se pretende recuperar mediante la anotación en este libro de todas las cosas que se hacían para que no se pierda esa tradición cara al futuro.
En segundo lugar, se describe una representación teatral, en vivo y en el interior de la Iglesia Mayor, de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo desde la Sentencia hasta el Descendimiento de la Cruz, previo al Santo entierro. Entendemos que el motivo no era otro que el realizar una ceremonia que contextualizase los hechos sagrados previos a la Procesión del Santo Entierro que ya describimos en su día.
Imagen del Cristo cedida por Ángel Medina Lain. Está datada aproximadamente en 1950.
FÓRMULA DE LAS FUNCIONES RELIGIOSAS
<<y demás cosas que hace todos los años, la Hermandad de la Santa Vera Crus y Sangre de Nuestro Señor Jesucristo, de esta Villa de Setenil desde que se fundó por el Papa Sisto Quinto en el año de mil quinientos nobenta, a los seis años de su Pontificado; siendo Rey de España el Sr. D. Felipe Segundo. Y reedificada por el Pontífice el Sr. D. Clemente Désimo Tersero, y en el año quinto de su Pontificado, siendo Rey de España el Sr. D. Carlos Tersero; cuya Bula fue espedida en la Corte de Roma en el dia onse de Mayo de mil setecientosCesenta y tres y en su Iglesia Basílica de Santa Maria la Mayor; que por haberse perdido la Bula primera del Papa Sisto Quinto, quedó fundada en esta dicha villa y en su Iglesia Parroquial de Santa María de la Encarnación la referida Hermandad. Y hayándose cuasi del todo destruida, a buelto a ejercer sus funciones Religiosas desde el día 3 de Abril de 1839, que se celebró cabildo a instancia del Hermano D, Juan Romero Porras, el cual salió electo Mayordomo y Secretario: y en razón a estos los papeles de esta Hermandad, referida cuasi destruidos, se mandó poner en este libro todas las cosas que ejecuta y contienen dichos documentos para que sirba de gobierno en los sucesibo y es del modo siguiente..>>
Lo más interesante de este texto, es el interés del escribano por recordar datos acerca de la fecha de constitución de la Hermandad como tal, por Bula Papal de 1590, (aunque sabemos que ya existía previamente por otros documentos que lo demuestran), así como por dejar constancia de acontecimientos que habían provocado la pérdida de documentos que contenían tradiciones que no se quieren perder.
Por otro lado, también nos da a entender que la propia Iglesia Mayor (sede de la hermandad) había sufrido algún percance importante que la había dejado casi destruida, y que ese sería el motivo por el que se habían “destruido” muchos papeles. Habrá que investigar qué sucesos ocurrieron en el primer tercio del siglo XIX para que la Iglesia sufriera tan grave percance. No obstante, es posible que la situación de deterioro del templo viniese arrastrándose desde la invasión de las tropas napoleónicas, que destruyeron gran parte de los archivos municipales y algunos edificios públicos cómo el pósito2
A continuación, se cuenta cómo se realizaba la representación de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo desde la “Sentencia” de Pilatos hasta el Descendimiento de la Cruz del Cristo muerto que había llegado a la Iglesia Mayor procedente de la Ermita de San Sebastián en la madrugada del Viernes Santo (traslado que siempre se ha conocido como la Procesión del Silencio).
Paso del Desendimiento de Crus, en el Viernes Santo3
Ceremonias y preparos:
<<Para las tres de la tarde del Viernes Santo, tendrá la Hermandad de la Santa Vera Cruz y Sangre de Nuestro Señor Jesucristo, hecho un Tablado junto a las escaleras del Altar Mayor, de esta Iglesia Parroquial de Santa María de la Encarnación, y en él estará puesto el Señor de la Espirasión que se haya colocado en su Camarín, y en la Hermita del Sr. San Sebastián estramuros de esta Villa. Y en delante estarían dos cortinas moradas de manera que Nuestro Señor Crusificado, no lo bean los concurrentes que se hayen en la Iglesia. También se pondrá Nuestra Señora de los Dolores al lado del Evangelio4, y a un lado del tablado mirando rectamente al de la Epístola. También estará al lado de la epístola, el Santo Sepulcro en su Mesa. Al mismo tiempo, se hayará el Presidente de Judea Ponsio Pilatos, bestido con sus ornamentos, sentado en su sillón que se le pone con su mesa y delante del Sagrario Mayor y junto a el Altar mirando a el Pueblo y sentado en la misma forma que los señores y reverendos Obispos, Arzobispos de la Iglesia Católica y Apostólica Romana, sin quitarse de su cabeza el sombrero de la clase que lo usa y con sus soldados judíos que se sentaran en las escaleras del dicho Altar. La dicha mesa estará cubierta con un paño que esta Hermandad tiene negro y colorado en forma de Crus.
Además estará la Sentencia de Pilatos dada aquella mañana que dirá estas palabras5: Dicit eis Pilatus: ¿Regem vestrum crucifigam? Responderunt Pontifices. Non habemus regem, nisi Caesarem. Tunc ergo traditit eis illum. Susceperunt autem Iesum, et eduxerunt=. En otro párrafo, que también estará escrito en el mismo papel, se hayarán las palabras del Sagrado Texto que combienen en el acto que se ba a representar; que son del modo que sigue = Judei ergo(quóniam Parafcéve erat) ut non remanérent in Cruce córpora Sabbato (erat enim magnus dies iile Sabbati) Rogarerunt Pilatum ut frangerentur eorurri crura et tolleruntur. Venerunt ergo milites: ad Jesum autem eum venissent, ut viderent eum jam mortuum, non fregerunt ejus crura= También tendrá escrito dicho papel, además; la licencia de Pilatos, daba a José y Nicodemus para descender de la Santa Cruz a Jesucristo que son del modo siguiente:=Post hoc autem rogavit Pilatum Joseph ab Arimathaea ut tolleret corpus Jesu. Et permisit Pilatus=.
También habrá en dicha mesa dos martillos de madera para los Judíos, citando al mismo tiempo los Ynstrumentos que haya, tanto de militares como de Iglesia preparados para tocarlos. En el tablado estarán de guardia los Armados y soldados que quepan y entre ellos estarán la Magdalena, La Verónica y un Angel (…) con sus Yncensarios. En una banca estarán los músicos delante de las bancas del Ayuntamiento y en otra frente estarán el Mayordomo de esta dicha Hermandad con el Padre Obediencia y el Secretario, los cuatro Diputados y otros Hermanos de nuestra cofradía y además los que se visten de Evangelistas; las tres niñas que se visten de viudas, para acompañar a la Virgen: las cinco niñas que se visten de civilas y en fin todos los demás, que representan algunos actos de la Pasión de Jesucristo. También estará preparado dos hombres, uno con dos pistolas cargadas de pólvora solamente, y el otro para tirar de los hilos de las sintas del agua y sangre del Señor; y otros dos hombres para tirar de los cordeles del Velo del Templo. También se vestirá un niño de evangelista San Juan, con una túnica blanca su síngulo6 o sinta por medio del cuerpo y una collareja negra, en unión de dos sacerdotes que se vestirán de Avito Alba7, cíngulo y collarejas negras, ambos con estolas y Manípulos8 negros, y se estarán en la Sacristía y que estos representan a José y Nicodemo: Y hayándose todo preparado saldrán dos Diputados con sus cetros e irán a la Sacrístia por el Predicador, que dará principio a el Sermon de las Tres Horas, a la hora de las doce o una de la tarde, y luego que lo dejan en el Pulpito (que estará sin frontal) se volverán dichos Diputados a sus asientos.>>
NOTAS:
1.- Así era como se denominada nuestra hermandad en aquella época, a la que hoy conocemos popularmente como “los blancos”.
2.- Sobre estos sucesos, se conservan documentos en el archivo histórico municipal dónde se describe la quema de archivos, el expolio de bienes y la destrucción de edificios públicos.
3.- Como en otras transcripciones ya publicadas, he tratado de respetar la ortografía original del texto, aunque me he tomado la libertad de adaptar su redacción -poniendo acentos, comas, puntos y dividiéndolo en párrafos- de manera que nos resulte más legible y comprensible.
4.-El lado del Evangelio es el lado izquierdo de la iglesia y el lado de la Epístola es el lado derecho, siempre mirando desde la entrada al templo hacia el altar.
5.-El texto en latín que se incluye en la ceremonia procede del Evangelio según San Juan, contenido en la BIBLIA VULGATA CLEMENTINA, que fue editada en el año 1592 bajo el mandato del Papa Clemente VIII (1592-1605). La Vulgata Clementina (Biblia Sacra Vulgatae Editionis Sixti Quinti Pontificis Maximi iussu recognita atque edita), fue la edición más familiar a los católicos que antes de las reformas del Concilio Vaticano II. La primera edición de este texto autorizado apareció hasta 1590. Fue patrocinada por papa Sixto V (1585-90), que fue substituida por una nueva edición con el papa siguiente, Clemente VIII (1592-1605). Se le llamó la Vulgata Sixto-Clementina y hoy se le conoce simplemente la Vulgata Clementina. la edición de 1592 se convirtió en la oficial para la Iglesia Católica hasta 1979.
6.- Cordón con una borla en cada extremo con que los sacerdotes católicos se ciñen el alba a la cintura.
7.- Prenda de vestir de tela blanca que llega hasta los pies, usada por los sacerdotes sobre el hábito para celebrar los oficios divinos.
8.- Ornamento en forma de pañuelo o estola pequeña, que es usado en la liturgia romana sujeto al antebrazo izquierdo sobre la manga del alba. En principio, el manípulo sirvió como pañuelo de mano y de ceremonia, pero desde el siglo IX pasó a ser un puro ornamento de los ministros consagrados, que se lleva pendiente del brazo izquierdo. Su adopción en la liturgia se remonta probablemente al siglo IV y ciertamente que figuraba desde el siglo VI en manos de los diáconos y desde el XV en las de sacerdotes y subdiáconos.
He querido compartir con todos/as unos documentos muy especiales, de gran valor histórico, que hace ya un tiempo pude adquirir a través de algunos contactos y amigos del mundo del coleccionismo. Los documentos están divididos en tres hojas de tipo camisa, es decir, realizado con trapos viejos, un tipo de papel económico para la época, con unas dimensiones de 30x 20 cm, de color amarillento y con una caligrafía que era conocida como escritura encadenada o de cadenilla que se ejecutaba de forma muy rápida, estableciendo un ligado continuo entre las letras, sin apenas levantar la pluma del papel. Por eso este tipo de documentos resultan algunas veces confusos e ininteligibles, incluso para sus contemporáneos.
Su contenido es un inventario de los bienes que poseía la Hermandad de la Santa Vera + Cruz en el siglo XVIII, más concretamente dos de ellos del 2 de octubre de 1.718 y otro de 1721, bienes que estaban depositados en la apreciada ermita de San Sebastián y en la Iglesia Mayor. En aquella época San Sebastián era custodiada por el ermitaño Pedro Parrado. Tras su muerte, el Cabildo de la Santa Iglesia Catedral de la ciudad de Málaga tuvo que nombrar un sustituto, que fue el señor Luis Ramos, que realizó dicho inventario. Estos ermitaños dedicaban toda su vida a custodiar y velar tanto la ermita como sus bienes. Hoy lo llamaríamos sacristán. Y el otro inventario se realiza por la entrega de bienes a un nuevo mayordomo que en este caso fue D. Joseph Ruiz Alcario, a quien se le entregó el inventario que veremos más adelante.
En aquella época la ermita poseía gran parte del patrimonio de nuestra Hermandad. En su día esta ermita fue dirigida por la tercera orden de franciscanos cuyos orígenes en la zona se remontan al año 1.543, donde por aquellos días andaba por nuestra zona el ermitaño y fundador de Caño Santos, Fray Martín de la Cruz. Pero eso ya es otra historia que dejaremos pendiente para otro año si Dios lo quiere.
Centrándonos en los documentos intentaré transcribir el contenido lo mejor posible ya que, como hemos explicado anteriormente, su caligrafía en algunos casos es confusa y por eso colocamos un interrogante en algunos fragmentos de lectura confusa.
Inventario de los bienes de la Ermita de San Sebastián pertenecientes a la hermandad de la Vera + Cruz de la Villa de Setenil año 1.718, que en su mayoría poseía muchas prendas de nuestra Señora:
– Un cáliz de plata con la copa dorada.
– Una Patena de lo mismo.
– Unas vinajeras o viñajeras de estaño (?)
– Dos pares de corporales.
– Una bolsa de color verde.
– Otra de marco pálido y dorado.
– Una casulla de lo mismo que la bolsa, (supongo que verde).
– Una Bacán blandas de puntas (?)
– Un hábito llano.
– Un corni altar.
– Tres purificadores.
– Un cíngulo.
– Cuatro manteles para los altares dos de ellos viejos.
– Cinco tafetanes verdes viejos.
– Dos frontales pequeños de raso encarnado y otros colores.
– Otro grande para el altar mayor de Damasco con flecos amarillos encarnados.
– Una palia de puntas de lienzo y plata falsa.
– Un vestido de nuestra Señora blanco forrado en la (?) con galoncillo falso.
– Un vestido de raso blanco azul forrado en la andilla encarnada.
– Un manto de tafetán? sencillo encarnado llano.
– Otro vestido como azul de rasillo llano.
– Otro manto encarnado viejo de tafetán? sencillo.
– Un vestido azul de tafetán? Listado con galoncillo falso de oro formado en la andilla murga o marga?
– Un vestido de raso negro.
– Un manto de lo mismo.
– Un vestido ormesí encarnado con doce lazos de colonia azul.
– Un manto blanco de tafetán.
– Un frontal negro del santo (?).
– Dos lazos encarnados.
– Otros dos de colonia pálida.
– Tres rastrillos (?) De encajes.
– un velo morado de tafetán sencillo que es de la Iglesia.
– Otro de toquilla de plata.
– Un lienzo de San Sebastián.
– Otros dos pequeños.
– Otro viejo.
– Un San Sebastián de talla.
– Una imagen de Nuestra señora de pasta.
– Un Santo Cristo de talla resucitado.
– Un sagrario nuevo dorado.
– Un atril llano de nogal.
– Un misal.
– Un San Joseph de pasta con vestido de tafetán atabacado.
– Un niño Jesús con un vestido de raso blanco y otros colores.
– Una campana de metal grande.
– Un arquita de nuestra señora.
– Un bufete con su cajón todo de nogal.
– Dos tinajas medianas para agua y aceite.
– Un escaño viejo.
– Un banco de chopo viejo.
– Una campanita de metal para las misas.
– Una campana grande con que se toca a misa.
– Un velo del altar mayor morado.
Como hemos visto, un gran repertorio el existente en la Ermita de San Sebastián, donde descansaba toda la vestimenta de la Virgen, nuestro apreciado Resucitado, el sagrario pieza de importante valor histórico junto con la casulla verde que se conservan perfectamente en la Hermandad, entre otras muchas cosas interesantes desaparecidas a día de hoy.
En el siguiente inventario de la Vera+Cruz de 1721 podemos ver el resto de cosas que poseía en su momento nuestra Hermandad, y que le fueron entregados para velar por ellos al Mayordomo, Joseph Ruiz Alcario, que fue lo siguiente:
– Treinta ocho libras de cera en sirios y velas.
– Más la trompeta.
– Un arca grande de la cera.
– Un bufete en que se pide limosna.
– La sábana Santa.
– Una toalla dunsima (?).
– Una sobre cama de raso.
– Dos toallas blancas de lienzo.
– La banda de San Sebastián.
– Los velos del Santo sepulcro.
– Ocho almohadas y dos (?).
– Tres túnicas y un capirote más la campana con que se llama a los cabildos.
– Un arca de la ropa.
– Tres libros y las escrituras de los censos que se pagan a esta Cofradía.
– El Santo Sepulcro y otras andas del señor resucitado.
Hasta esta fecha ésstas eran las pertenencias de nuestra Hermandad, que no es poco. Unos años después, en torno a 1735, aparecerían ya reflejados en nuestra Hermandad el Santo Cristo de la amistad, el Cristo de la sangre y el Cristo de las espina, más un San Juan, entre otras muchas cosas.
Con estas líneas me despido un año más dejando constancia de este importante hallazgo para la Hermandad, que, poco a poco, está rescatando parte de su grandísima historia.
Todo comienza con motivo del 450 Aniversario de la Hermandad de la Santa Vera+Cruz y la restauración del Santísimo Cristo de la Vera+Cruz que se le encomendó a Juan Manuel Miñarro. Este célebre autor sevillano ha permitido recuperar la policromía más antigua de esta talla, cuya calidad técnica y estética permitió recuperar los máximos valores históricos-artísticos, estilísticos y culturales, de la imagen más antigua de la Semana Santa de Setenil, de autor desconocido, aunque con indicios que nos hacen pensar que pertenecen a la escuela granadina, ligada al nacimiento de la Hermandad de la Vera+Cruz en 1551.
Durante este período de restauración se realizaron varias visitas a los talleres del autor sevillano, con la intención de comprobar in situ los progresos efectuados. Esta restauración, además de necesaria, era muy significativa para toda nuestra hermandad, ya que suponía la primera vez que nuestro titular salía del pueblo de Setenil.
Una vez terminada esta gran obra de restauración, el día 24 de marzo de 2001, hermanos de la Hermandad se ponen en marcha para trasladar la magnífica talla de este Santísimo Cristo de la Vera+Cruz, llegando la junta de gobierno a acordar por unanimidad que durante esa noche el Cristo permaneciera en “El Secanillo”, con el propósito de simbolizar y recordar aquellos años que nuestro titular estuvo escondido en este cortijo por circunstancias bélicas, regresando, una vez finalizada la guerra civil, a la Iglesia de la Encarnación, donde se encuentra en la actualidad.
En la madrugada del 25 de marzo se le dio traslado al Santísimo Cristo de de Vera+Cruz a la ermita de San Sebastián. En este tempo, sobre las diez de la mañana comenzaron a llegar hermanos, hermanas y el pueblo de Setenil en general para asistir a la salida en procesión que se iba a efectuar con motivo del 450 Aniversario de la Fundación de nuestra Hermandad y restauración del Cristo. Una vez reunido todos los hermanos y visitantes se le entrega al Hermano Mayor de la cofradía un cetro dorado en oro como reconocimiento a su labor y dedicación a nuestra Hermandad. Terminando este acto se procedió a rezar unas oraciones y , a continuación, el Hermano Mayor, Rafael Corral Hormigo, da la orden de su traslado en procesión a la Iglesia Mayor.
En un principio se temía por el discurrir de la procesión, debido a las inclemencias meteorológicas, pero afortunadamente y tras salir el Cristo del templo el cielo se abrió, y todo transcurrió a las mil maravillas, quedando todos muy contentos, demostrando una vez más el fervor y sentimiento que el pueblo de Setenil y la Hermandad de Los Blancos deposita en el Cristo de la Vera+Cruz. Es de agradecer la actuación que ofreció la Banda de Cornetas y Tambores Muestra Señora del Rosario de Arriate (Málaga), que acompañó a nuestro Cristo.
Es importante mencionar que esta procesión ha sido la única que la Hermandad de la Santa Vera+Cruz ha efectuado con este recorrido: ermita de San Sebastián, carretera Setenil-Olvera, c/ Reyes Católicos, c/ Cádiz, Villa y, finalmente, la iglesia parroquial.
Una vez llegado a la iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación se celebró la Santa Misa con motivo del 450 aniversario de la Hermandad y restauración del Cristo. Una vez finalizada la misa se procedió a una invitación a todos los hermanos y a los vecinos de Setenil a una gran paella en la Casa Hermandad.
Tal fue el resultado satisfactorio de hermanos y hermanas que en este día de tanta alegría y devoción a nuestros titulares encontramos el origen del «Día de la Hermandad», que celebramos todos los años el domingo anterior al Domingo de Ramos.
Con motivos de estos actos, el «Diario de Cádiz» publicó el domingo 8 de abril, en su sección de Semana Santa, una página dedicada a nuestro Santísimo Cristo de la Vera+Cruz y demás titulares de esta nuestra Hermandad.
SEBASTIÁN BERMÚDEZ ZAMUDIO Publicado en la revista Vera+Cruz de 2018
UNA CRUZ VERDADERA
Corría el año 336 cuando se hallaron tres cruces tras demoler el templo de Venus, levantado en honor de la diosa sobre el Monte de la Calavera, el Gólgota. Bajo sus cimientos aparecieron tres cruces, la de los dos ladrones y la de Jesús. ¿Cómo saber cuál pertenecía al Hijo de Dios? Para ello se acercó un enfermo y al ser tocado con una de ellas sanó, recuperó su salud bastante deteriorada momentos antes. La Verdadera Cruz fue guardada en la Basílica del Santo Sepulcro, construida para ese destino en Jerusalén por Helena de Constantinopla y su hijo Constantino I el Grande.
En el año 614, el Rey persa, Khosro II, conocido como Parviz, el victorioso, conquistó Jerusalén llevándose consigo la Vera Cruz. Para demostrar su desprecio a la religión cristiana, puso a los pies de su trono la reliquia a vista de todo el que lo visitaba. Muestran los calendarios litúrgicos el día de la Exaltación de la Santa Cruz en referencia a la victoria conseguida por el bizantino Heraclio sobro Khosro II (año 628) y la posterior devolución de la Vera Cruz a Jerusalén. El propio Heraclio quiso llevar a hombros la Cruz para su entrega engalanado de bellas y caras ropas, mostrando a todos sus ricas joyas durante la procesión que recorrió ese día la ciudad, apenas pudo andar unos pasos y tuvo que dejar a un lado la Cruz, teniendo que despojarse de sus ropas y joyas para poder cargar con ella, reflejando con ese acto la vida humilde y pobre llevada por Cristo.
LA ESPAÑA DEL SIGLO XVI
El siglo XVI trajo una revuelta territorial tras el fallecimiento de don Fernando. Su nieto, Carlos de Habsburgo, se hizo coronar Rey de Castilla y Aragón. Con su coronación llegaron nuevos impuestos con la pretensión de conseguir suficiente caudal para ser nombrado Emperador alemán, su verdadera ambición. El pueblo rechazó a un Rey que consideraban extranjero y que no hablaba castellano, lo que derivó en un comienzo de siglo turbulento con revueltas por parte de los Comuneros que se levantaron contra esos gravámenes y contra las razones del nuevo Rey. El país comenzó a sufrir una crisis por zonas que fueron apaciguadas lenta y duramente por la Corona, los desórdenes sociales y las rebeliones antiseñoriales terminaron por alejar a la nobleza de los Comuneros, dando pie a las Germanías (hermandades gremiales) en los reinos de Valencia y Mallorca, coincidiendo con las revueltas de las Comunidades de Castilla.
Mientras buscaba apaciguar los levantamientos del Reino tuvo que enfrentarse a turcos, franceses, navarros y ayudar a su hermano Fernando en la guerra contra el sultán Solimán el Magnífico, quien se alió con el Rey francés Francisco I. En ese tercio de siglo se enfrentó a Jeireddín Barbarroja en el mar, los turcos otomanos trataron de dominar el Mediterráneo con sucesivas respuestas por parte de la armada española. Las continuas guerras y el desgaste al que la doctrina luterana sometió a la Iglesia Romana terminaron por acabar con su sueño de un Imperio universal, su fracaso como defensor de iglesia tras el asentamiento de los luteranos lo llevó a abdicar en 1555-1556.
La llegada al trono de Felipe II vino a situar como principal núcleo del Reino a Castilla, estableciendo de esa manera un centro en España desde donde gobernar el inmenso Imperio. El monarca dominó el Mediterráneo definitivamente para el cristianismo tras la gran victoria de Lepanto, acabando así con las incursiones berberiscas y turcas. Eliminó las sublevaciones moriscas en la Península y a mitad de siglo se enfrentó a Francia, a quien ganó militar y políticamente, la expansión definitiva de un Reino unido de poco más de sesenta años de historia. El final de siglo trajo la anexión de Portugal por derechos sucesorios y la desdicha de los elementos atmosféricos sufridos por la Grande y Felicísima Armada, la Invencible para los enemigos, en su intento de invadir Inglaterra tras la muerte de su esposa María Tudor.
Su reinado coincidió con la llegada del Renacimiento, sin embargo no tuvo fuerza dentro de la Corona española que mantuvo una cultura cercana a la pintura, literatura y arquitectura religiosa. Los arquitectos construyeron grandes edificios civiles, militares, religiosos y mortuorios, El Monasterio del Escorial entre muchos, quedando bautizado el estilo utilizado como “herreriano”. Grandes dramaturgos, como Miguel de Cervantes y Saavedra, y la excelente pintura de maestros como El Greco, todo esto derivó para la historia en un siglo dorado, el Siglo de Oro.
Un momento de nuestra historia donde España dominaba el mundo, el viejo y el nuevo descubierto, un país que conquistaba cada rincón de tierra conocido y se adueñaba de los mares por donde ejerció un dominio aplastante.
EL SUR BUSCA ATRIBUTO
Por nuestra tierra la situación caminaba pareja a las que sucedían en el Reino aunque con algunas diferencias puntuales, principalmente el aprovechamiento del comercio con América. La jurisdicción castellana sobre el monopolio del comercio con el nuevo mundo fue aprovechado por Andalucía para convertirse en la región más rica de España y en una de las más poderosas del mundo. La Ruta de Indias trae hasta Sevilla las riquezas “allende los mares”, plata (300.000 kilos anuales), oro (50000 kilos anuales), cacao, especias y otros productos novedosos y escasos en el viejo continente, galeones que partían desde VeraCruz, curiosidades del destino, en México, con destino a Sevilla. Se creó el Consejo de Indias (1524) para legislar todo lo relacionado con la ruta comercial, tomando autoridad sobre la Casa de Contratación (1501) en Sevilla, con la intención de hacerse valer, hasta ese momento no existía un registro firme sobre la mercadería. Era necesaria su regulación como lugar para el reconocimiento de mercancía llegada y abastecimiento de todo lo necesario a los galeones y tripulación que partían a las Indias o llegaban a puerto. Muchos fueron los setenileños que se aventuraron al viaje entre los dos mundos, nuevo y viejo, buscando un futuro mejor y aventuras. Tanto las Indias (Perú, México o Veragua, Panamá o Tierra Firme) como Filipinas son destinos de la época que atraen a curiosos, criados y sirvientas, militares, maestros y cuidadoras, investigadores, médicos, etc.
Por esos años, la convivencia entre moros y cristianos aún perduraba tras la reconquista de al-Ándalus por los Reyes Católicos. Esa forzada armonía se rompe definitivamente entre los años sesenta y ocho y setenta y uno del siglo XVI con la Guerra de las Alpujarras, la más importante de tantas rebeliones moriscas dadas en nuestra tierra. Las revueltas llevaron al segundo Felipe a tomar una decisión drástica al comprobar la enorme cantidad de sacerdotes asesinados por los rebeldes y los continuos ataques a modo de emboscadas que sufrían los soldados del Reino. En un Sínodo Diocesano se decidió tomar medidas extremas y llevar a cabo la cristianización del territorio y la expulsión de aquellos que no acataran las nuevas leyes. Esa normativa trajo un éxodo obligado por parte de la mayor parte de las familias moriscas, fueron forzosamente trasladadas a Castilla y redistribuidas dentro de su extenso territorio. A mitad de siglo la atención prioritaria por parte de la cristiandad era buscar la pureza del territorio, unificando esa intención alrededor de una sola fe, basada principalmente en convertir a los moriscos en verdaderos cristianos o la expulsión de estos en caso de no acatar la Pragmática Sanción de 1567. Con el paso de los años las relaciones comienzan a deteriorarse, terminando con la decisión de expulsar a los moriscos al norte de África a comienzos del siglo XVII.
En aquella Andalucía que rebosa salud, riqueza y bienestar de convivencia, se situaba el Reino de Granada, jurisdiccionalmente perteneciente al Reino de Castilla, el cual certificaba esa suerte de respeto a cambio de un pago anual que efectuaba a la Corona. Sus 341 años de historia tras la conquista de los Reyes Católicos, terminaron tras un Real Decreto, convirtiendo el Reino en Provincia. Una masa social integrada mayoritariamente por cristianos viejos y fervientes creyentes de la fe católica garantizaron el camino inmaculado marcado por la iglesia. El emblema del Reino, centrado en su símbolo de la granada, aun hoy figura en el escudo de España.
Setenil en el, siglo XVI, grabado del Civitates.
SETENIL
El comienzo del siglo XVI trae la celebrada noticia a Setenil de su declaración como Villa de Realengo, recibiendo una Carta de Privilegios similar a la que en esos momentos ostentaba Sevilla, capital creciente del mundo comercial. Llegó dinero en raudal a modo de inversiones y beneficios de reparto que influyeron notablemente en la construcción de edificios notables como la iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación, la finalización del hospital de Santa Catalina y un seminario. Crecieron los cultivos, la vid y los cereales, aumentó el olivar en la zona, una mayor explotación del monte e hicieron baza los ganaderos, convirtiendo todo lo dicho en el motor económico del pueblo junto al trabajo de construcción en las obras señaladas, las reformas de casas y ampliación y adecentamiento del territorio urbano.
El entramado apretado y espeso de calles quedaba dividido en dos zonas, la comercial y la vecinal, la primera tomó como principal parte el mercado y la segunda comenzó a crecer alrededor de la estructura defensiva y a lo largo del recorrido del río. Las obras de alcantarillado se convirtieron en necesarias y el alumbrado se fue forjando en pos de una mejora natural. El sistema de regadío implantado por los antiguos habitantes ayudó para que los huertos florecieran y diesen hortalizas todo el año. Junto al hospital de Santa Catalina se creó un jardín botánico donde, con las nuevas técnicas de injertos, crecieron plantas medicinales. El seminario ayudó con la llegada de estudiantes al pueblo y el crecimiento cultural de quienes encontraron en el estudio un camino de saber. El pueblo aumentó su población y fue necesario construir más viviendas que terminaron por ayudar en la creación de distintos comercios para asistir la nueva era a la que se enfrentaba Setenil.
Esa era la situación de nuestro mundo cercano y conocido, un camino en busca de una identidad y una idiosincrasia que conjugase con los nuevos tiempos, tiempos de guerras, pasiones y fervor piadoso. La aparición de distintas hermandades religiosas por el territorio español empujó a muchos creyentes a solicitar el permiso correspondiente a las autoridades eclesiásticas y a Roma con la intención de fundar una Hermandad. Cumplidos la mitad de los años del siglo XVI, un entusiasmo brota en Setenil, se lleva a cabo la petición para la fundación de la Hermandad de Santa Vera Cruz, apoyada en una creencia de esos cristianos viejos que repueblan el lugar y respaldados por los oblatos seglares terciarios que llevan la palabra de Dios a cada rincón que visitan.
Relato de la fundación de la Hermandad en 1551. Pincha para ampliar la imagen.
AÑO 1551 DE NUESTRO SEÑOR: LA FECHA DE UNA PASIÓN
Pasados mil doscientos quince años del hallazgo de la Cruz Verdadera, un célebre vecino aporta su grano de arena a la historia de Setenil, apoyado en los Franciscanos Terceros del convento de Caños Santos y su prior Fray Martín de las Cruces. Una amistad nacida de las distintas visitas de la Orden a Setenil en su estrecha afinidad espiritual y material que mantenían con la población y en especial con don Diego de Escudero, administrador local y ferviente creyente en la palabra de Dios. La llegada de los mandatos reales en relación a la purificación del lugar, la necesidad obligada de procesionar tras la Cruz de Cristo y pasear las calles para conseguir su inmaculada expiación. La necesidad obligada de cristianizar el lugar con la evangelización, predicación y catequización de quienes aún quedaban por convertirse. Todo lo que surgía solo mostraba un camino, fundar una Hermandad que oficiase junto al representante de la iglesia en el sitio, las salidas en procesión apoyando los distintos apartados religiosos del pueblo.
Apagado el sonido de la noche, iluminada la estancia por las agotadas velas del candelabro mientras miraba pensativo la hoja y el tintero, sosteniendo en su diestra la pluma que trazaría las palabras que por su imaginación navegaban tras esa conversación definitiva con el prior franciscano mantenida la tarde antes. Apoyaba el antebrazo derecho en el borde de la robusta mesa, sosteniendo su cabeza con la mano izquierda mientras el codo descansaba en la superficie, donde se encontraban el papel que llevaba como destino una petición, un ruego, escrito desde lo más profundo del alma. Sin esperar a que la medianoche lo alcanzase, se decide Don Diego a escribir al obispo de Málaga y pedir su permiso y proceder a la fundación de una Hermandad para servir al cristianismo con la fe de un pueblo que se muestra ilusionado con la idea.
“Don Diego de Escudero, vecino de Setenil y siervo de Dios, al Ilustrísimo Obispo de la Diócesis de Málaga…” Ahí comenzó una historia que hoy nos marca cuatrocientos sesenta y siete años de vida. Las palabras iban y venían, escogiendo las oportunas continuó Don Diego con la misiva, utilizando una hoja aparte para no equivocar y terminar en la definitiva que sería la que llevaría personalmente hasta Málaga, a caballo, cruzando las montañas de la sierra y arriesgando su vida por un sueño, un sueño que en esos momentos no era conocedor de su alcance hasta nuestros días, dando vida a algo más que una Hermandad.
Cabalgó las pedregosas veredas y los caminos notables, descansó bajo árboles y junto al río antes de alcanzar su destino. Al llegar a la catedral fue recibido tras presentarse y comunicar su cometido, le instaron a sentarse y esperar en la espaciosa sala, pobremente decorada debido a su constante proceso de construcción en el que se hallaba inmersa. Alrededor de una hora más tarde le hicieron pasar y personarse ante Fray Bernardo Manrique de Lara, sentado en su sillón, sujetando la petición entre sus blanquecinas manos marcadas por azules y gruesas venas, levantó los ojos y sonrió.
-Este es el camino, hijo, no dudes nunca que lo que has traído hasta aquí terminará siendo parte de nuestra historia. Tu pueblo recordará por los siglos el momento donde ahora nos encontramos. Es esta nuestra España la que camina de la mano del Señor. Él nos guiará.
Se acercó a la ventana y leyó en voz alta para que se oyese nítido, terminando en un suspiro y persignándose al terminar la frase:
–Hermandad de la Santa Vera Cruz de Setenil.
La carta con la petición viajó con destino a Roma con el sello lacrado del obispo Fray Bernardo, allí llegó a las manos del Papa Sixto V, de nombre italiano Felice Peretti, hombre devoto de fe inquebrantable cercano al Santo Oficio, aprueba la petición y en mil quinientos noventa concede permiso bajo bula papal. Un siglo después, esa anuencia queda ratificada por el Papa Clemente XIII, Carlo della Torre di Razzonico, hombre de mar nacido en la Republica de Venecia y que premia de esa manera el trabajo llevado por la Hermandad durante esa época de vida.
Volvió Don Diego de Escudero a Setenil, con la aprobación para procesionar de la Diócesis de Málaga y con la ilusión de quien ha ejercido una labor por su pueblo. No pudo ver con sus ojos la carta de aprobación de la Santa Sede llegada a Málaga, quizás sí, desde ese pedestal en el cielo.
La majestuosa calle que marcaba el recorrido de esa primera procesión en Setenil, se magnificaba con el gentío concurrido. Por consejo y recomendación de los Franciscanos Terceros del convento de Caños Santos, que ayudaron con la representación y montaje de la escenificación, se propuso un Oficio de la Pasión. Los Misterios Dolorosos de Cristo, del Pretorio al Calvario, en una meditación Profunda y la flagelación de un recorrido realizado de rodillas por algunos y descalzos todos, con sus debidas paradas en concordancia con cada episodio. Meditación y Contemplación a través de los catorce episodios que la Orden Franciscana dispuso para esa primera procesión con final en el Real de San Sebastián, lugar donde tuvo lugar el Lavatorio, donde se curaron las heridas de los penitentes con vino. Las túnicas blancas, los pelos sueltos y los maderos que algunos cargaban como peso de sus pecados, ocuparon las calles durante el trazado planteado, una primera procesión, un primer día donde la Hermandad de la Santa Vera Cruz y los Franciscanos Terceros procesionaron por las calles de Setenil en ese año de 1521.
Llantos y sollozos, abrazos entre hermanos y hermanas, entusiasmo en las miradas perdidas, rezos de Padre Nuestro y Ave María, manos que se entrelazaron y felicitaciones, muchos agradecimientos a un hombre que tuvo una pasión y cumplió un sueño. Don Diego de Escudero se santiguaba mirando al cielo, con lágrimas en sus ojos y agradecimientos en su corazón.
Nunca imaginaria el ilustre vecino de Setenil que pasados cuatrocientos sesenta y siete años sería recordado en estas páginas gracias al empeño de otro hombre llevado por la ilusión y la convicción. Alguien que inyecta entusiasmo a cada una de las palabras que dedica a la Hermandad para la que, desde su posición de Hermano Mayor, trabaja, investigando con un tesón enorme en la memoria que nos ofrecen los archivos, el origen y el camino recorrido a lo largo de tantos años de esperanza y fraternidad.
El enfrentamiento entre Cristianismo e Islam dotaba a la guerra contra el reino nazarí de Granada de un rasgo inequívocamente religioso, que la implicación vigorosa del clero se encargó de remarcar, incluyendo la concesión por el papado de la Bula de Cruzada.
Fernando II de Aragón, el Católico, conquistó la villa de Setenil en 1484 anexionándolo a las coronas de Castilla y Aragón. Conquistada la villa se procede a convertir la vieja mezquita en iglesia católica bajo la advocación de la Encarnación, tal como se venía haciendo en todos los lugares conquistados, remarcando el nuevo carácter católico de la villa al ser la encarnación de María, un hecho diferenciador por no reconocido en la fe musulmana.
Enseguida se inicia la repoblación de la plaza, que por su importancia ha de hacerse con “cristianos viejos” que son aquellos “que descienden de cristianos, sin mezcla conocida de moro, judío o gentil»,
Isabel “la Católica” donó una importante cantidad de dinero para adquirir los objetos de culto y vestuario de la nueva iglesia y que se complementó con las aportaciones que con el mismo fin hizo Francisco Enríquez de Ribera, primer alcaide cristiano de la villa. Los ornamentos y ropajes religiosos con que cuenta la parroquia de Setenil son sin duda otro importante tesoro del pueblo.
La repoblación conlleva el repartimiento de tierras y casas, en el que se provee a la citada iglesia de estos bienes, así mismo se proveyeron ocho caballerías de tierra para la ermita de San Sebastián Mártir que “nos hemos de mandar hacer”. Lejos de la leyenda que se creó, la elección de la advocación se corresponde con la creencia en que este Santo era protector contra las epidemias, tan frecuentes en la época, así como a la protección que se le atribuía en favor de los soldados.
El primer templo cristiano de Setenil. Desde aquí sale la procesión del Silencio, que data de 1551.
El 30 de octubre de 1504 es nombrado Obispo hispalense Fray Diego de Daza y un año más tarde ordena la construcción de la nueva iglesia parroquial de Setenil, que comenzando desde el altar irá devorando la vieja iglesia en que fue convertida la mezquita.
En 1551 se crea la Hermandad de la Santa Vera-Cruz, los Blancos, mediante petición formulada por el Obispo de Málaga Fray Bernardo Manrique de Lara, y otorgado mediante bula en 1590 por el Papa Sixto V. Paralelamente a ello tiene lugar el origen de la Procesión del Silencio, estandarte de la Semana Santa de Setenil que revive año tras año la tradición ancestral de traer al Cristo de la Vera Cruz desde la ermita de San Sebastián hasta la Parroquia de la Encarnación, “envuelto en un blanco sudario con crespones negros”, sin música, sin paso, sólo las promesas, los círios, los rezos y el canto, aún hoy día en latín, por el pueblo sin más luz que la luz de la luna. Un Cristo y una hermandad vivos entre sus gentes, desde aquel Juan Guerrero Toledo que en 1566 pide en Testamento que su cuerpo sea acompañado por la luz y la cera de la Vera Cruz hasta Cencerrito, el famoso bandolero de Setenil, que acercándose a uno de los portadores del paso ocupó su puesto para portarlo.
Y allá por el año de 1564 mientras la nueva iglesia de aires catedralicios sigue avanzando sabemos de la existencia de otra ermita la de San Benito, que al igual que la de San Sebastián se apunta que fueron erigidas sobre morabitos árabes.
Esta villa, que cuenta ya tres iglesias y el quehacer de la Hermandad de la Santa Vera Cruz recibe la visita en 1587 del obispo D. Garcia de Haro en su viaje de Cádiz a Málaga para tomar posesión de la Diócesis malacitana, y que, impresionado, se propone crear un seminario en Setenil conforme al Concilio Tridentino, que el Concejo de la villa aprueba el 6 de abril de 1596. Un edificio que perdurará hasta la década de los años 70 del siglo XX, en el que lastimosamente se derribó.
Ha pasado en torno a un siglo desde el inicio de las obras y la iglesia continúa inacabada, lo que provoca la queja de los vecinos señalando que los obispos de Málaga se habían llevado los bienes y rentas de la fábrica eclesial, dejando la parroquia sin dinero para poder terminarla. De forma simultánea el tanto tiempo transcurrido obliga a que la iglesia necesite de las primeras reparaciones, de lo que se ocupa Pedro Díaz Palacios, maestro mayor de las obras de la Catedral de Sevilla desde 1571 y desde 1599 aparejador de las obras de cantería de la diócesis de Málaga de la que ese mismo año pasará a ser Maestro Mayor. Paralelamente se trabaja igualmente en el embellecimiento interior del centro. Es por esos años, concretamente en 1619, cuando se le encarga a Alonso de Mena la talla del resucitado que los blancos procesionan el Domingo de Resurección.
Por aquel entonces era habitual el establecimiento de capellanías, fundaciones perpetuas hechas con la obligación aneja de cierto número de misas u otras cargas espirituales que debe cumplir el poseedor, en la forma y lugar previstos por el fundador, de las que las iglesias setenileñas son igualmente portadoras, pero he aquí, que al fallecer en 1623 Cristóbal del Pino deja una de 2000 ducados en la ermita de Nuestra Señora de la Concepción de Setenil, una ermita que estaba situada en la plaza del mismo nombre a espaldas o próxima a la ermita de San Benito.
Esta ermita de San Benito el 20 de Febrero de 1670 acoge la primera “Escuela de Cristo” a celebrar por la Hermandad de la Vera Cruz todos los sábados de cuaresma por la noche. Mientras tanto el seminario languidece hasta tal extremo que un año más tarde habrá dejado de funcionar.
Ermita de San Benito. Foto: DIPUTACIÓN DE CÁDIZ.
En el fervor religioso de la zona, destaca por entonces el culto a la Virgen de Caños Santos, de la que Setenil contaba con una hermandad filial que acude cada año el 8 de septiembre al Convento donde se venera su imagen.
Mientras las iglesias continúan incorporando nuevos retablos e imágenes, en 1702 los Clérigos Menores de Málaga deciden volver a crear el Seminario de Setenil en los locales que ocupaba el Hospital de Santa Catalina que ya no funciona, para lo que, el 26 de Octubre de ese mismo año S.M. El Rey concede autorización para un nuevo seminario en Setenil con las rentas del Hospital.
La influencia de todo ello en la población debió favorecer vocaciones, de la que sí que tenemos noticias es de la de Fray Francisco de Setenil, quién ocupó la guardantía del convento capuchino de Jaén, siendo destacable su colaboración con la Real Sociedad Económica de la Ciudad y Reino de Jaén. Fervor o costumbre del que años más tarde dejó constancia el alcalde de Setenil con motivo de los daños que sufrió la iglesia por el terremoto de Lisboa de 1755 “a tiempo que corría el reloj público de esta villa de las diez a las once, algunos minutos después de las diez y, en ocasión que la mayor parte del vecindario se hallaba convocado en su Parroquial de Santa María de la Encarnación, en la misa solemne del pueblo…..” “quedando en ella algunas personas seculares conmigo, que nos hallábamos en la Capilla Mayor y algunos sacerdotes, que ocupados en el ministerio sagrado del altar, y confesionarios…”
Debían transcurrir estos años cuando, según la tradición, los hermanos Cabrejas construirían la cuarta de las iglesias de Setenil, la ermita de la Virgen del Carmen, la Virgen del mar, patrona a la postre de un pueblo en mitad de la sierra, aunque si poblado de un mar de olivos. Y es a finales de este siglo, allá por el año de 1792, cuando un grupo de hermanos blancos disconformes fundarían el otro pilar básico de las hermandades de Setenil, los Negros, la Hermandad de Nuestro Padre Jesús y Nuestra Señora de la Soledad, con sede en la ermita de San Benito.
Retomaremos en otro momento las notas para saber más de todo ello, de las iglesias, del importante quehacer de las hermandades, no sólo de carácter religioso sino de una labor social de capital importancia, del patrimonio perdido, de lo acontecido en el XX, etc.
JOSÉ MANUEL CORDOBÉS DELGADO Publicado en la revista de 2023
En Setenil, hasta finales de los años cincuenta, las imágenes de ambas hermandades procesionaban en unas pequeñas andas, sostenidas en los descansos por horquillas. A partir de esa fecha, se va produciendo un cambio progresivo en la estética procesional y ambas corporaciones comienzan a adquirir tronos con mayores dimensiones, tomando como modelo el estilo sevillano, cuya estética se iba poniendo de moda a nivel regional ya desde ese momento. En la Hermandad de los Blancos, primero se adquirió un trono grande en la década de los años sesenta para el Señor y casi una década después aprox, uno para la Virgen.
Hasta ese momento, tanto la Virgen de los Dolores como la del Rosario procesionaban en un pequeño trono de madera tallada y dorada que tenía un sencillo palio de encajes, sostenido por cuatro varales. Dicho trono era portado por tan solo seis personas, siendo sostenido por las horquillas en los descansos, al no tener ni siquiera patas. El cambio de este trono por uno nuevo fue precisamente causado por eso, por su reducido tamaño y también en parte por el deterioro que ya sufría.
Esta imagen es la más antigua del trono de la Virgen, datada aproximadamente unos tres años después de su adquisición en 1973.
D. José Sevillano González (Pepe Sevillano), hermano crucial de esta hermandad y primo del entonces hermano mayor D. José González Medrano, fue quien ideó y gestionó la compra de un trono nuevo en el que procesionar tanto a la Virgen de los Dolores, como a la del Rosario. Recordemos que una década después, esta persona será también quién se encargue de gestionar la adquisición de la actual dolorosa de Luis Álvarez Duarte, de ahí su importancia en la historia blanca.
Este nuevo trono de plata que posee en la actualidad la hermandad, fue adquirido y realizado en Sevilla en el año 1973, con las dimensiones adecuadas a las calles de Setenil. Precisamente esta Semana Santa de 2023 se cumplen los cincuenta años de su estreno. En cuanto a su autoría, lo desconozco pero es de muy buena factura y a pesar de ser de alpaca plateada y cincelada, curiosamente nunca se ha restaurado (señal de que es de muy buena factura). Como peculiaridad lleva dos cartelas doradas, una en la parte frontal y otra en la trasera, donde aparece el escudo de la hermandad y el de Setenil, respectivamente.
Además del propio trono, se adquirió también los diez varales del palio, del mismo estilo que la base del mismo. Todo el conjunto costó una millonada para aquella época, lo que supuso casi la ruina económica a la propia hermandad blanca de Setenil, debido al enorme desembolso que supuso su compra dentro de su contexto histórico. De hecho, se rifó incluso un coche Seat 600 para poder sufragarlo.
Este trono fue el primero con la base de orfebrería plateada de Setenil, incorporando de lleno el estilo sevillano en esta localidad, ya tan demandado en esa época por otros puntos de la geografía andaluza. La impresión que causó este trono, fue una auténtica revolución pues tanto en Setenil como en pueblos limítrofes, no había ninguno de estas características. Por tanto, gustó muchísimo tanto a blancos como a foráneos.
Se estrena también junto al conjunto de orfebrería, el palio, con bambalinas lisas de terciopelo verde con flecos de oro, y que también fue realizado en Sevilla. Ya más adelante, se iría completando con candeleria o jarras de plata, entre otros detalles. Para aquel estreno, el trono lució una candeleria de tren de velas, de madera blanca que trajo Pepe Sevillano igualmente desde Sevilla.
Es portado por cuarenta costaleros, repartidos en cuatro varales periféricos, es decir que se pueden quitar y poner, para adaptarlo a las estrechas calles del recorrido, cuando así se requiere. Originalmente, los varales que tenía eran más cortos, teniendo menos capacidad de portadores, aumentando con ello el peso del mismo. Como episodio triste a destacar en torno al trono, podemos mencionar el fallecimiento el día 10 de Abril de 2010, del costalero D. Francisco Ruiz Ayala, quien llevando a la Virgen de los Dolores sobre sus hombros un Jueves Santo, sufrió un infarto y murió en el acto, en el mismo pecho de la Plaza.
Las personas más mayores de la hermandad recuerdan que durante el año el trono se guardaba en las cocheras de algunos hermanos, sin ninguna protección, poniéndose la plata muy negra. Por consiguiente, cada año al llegar Semana Santa tenían que limpiarlo con un cepillo para que la plata volviera a lucir de nuevo limpia. Actualmente, se conserva perfectamente en la recién estrenada Casa-Hermandad. De hecho, en el presente año, donde se cumplen cincuenta años de su estreno, la Hermandad ha hecho una serie de mejoras para aligerarlo de peso, haciéndolo aún más funcional.
La Virgen del Rosario, procesionando el Domingo de Resurrección de 2023..
Además de procesionar en él a la Virgen de los Dolores como ya hemos dicho anteriormente, también lo hace la Virgen del Rosario en la jornada del Domingo de Resurrección. En esta ocasión, sin el palio y sin la candeleria. Es bastante reseñable el trabajo que supone para los miembros de esta hermandad, desmontar este trono al completo tras la procesión del Viernes Santo para luego sacarlo el Domingo de Resurrección con otro aspecto estético totalmente diferente.
Bajo mi criterio, y aunque es muy hermoso que ambas imágenes compartan el mismo trono, creo que sería muy aconsejable un trono más pequeño para la Virgen del Rosario, pues este trono desprovisto del palio, de la candeleria y otros enseres, queda muy vacío y se ve un poco grande para ella. Además, también sería muy atractivo aderezar a la Virgen de ráfaga o incluso acompañarla con candelabros de guardabrisas como tiene el trono de la Virgen del Carmen, pues el conjunto se vería más completo, dándole así un estilo más glorioso, que es lo que más le favorece a su iconografía.
Un año más y antes de terminar, como siempre, quiero volver a dar las gracias a Sebastián Luque, por darme siempre esta oportunidad de pertenecer a esta fantástica revista y a mi querida Cándida Marín, historia viva de los Blancos, por su inestimable ayuda siempre para que un servidor, siga escribiendo año tras año un artículo en la revista de esta hermandad, relacionado habitualmente con su historia. Es un verdadero placer participar siempre ¡Gracias de Corazón!
Pincha en la imagen para descargar la Revista Vera+Cruz 2023
La Revista VERA+CRUZ cumple 17 años consolidada como un anuario de Historia y de historias de Setenil, como un calendario de emociones No hay más que hojear los 17 números desde aquella portada de 2007 con la imagen del Cristo para tener la sensación de que estamos repasando nuestra propia vida y la de gente muy querida. Ya la puedes descargar esta revista renovada, a todo color, con un nuevo diseño más atractivo, con aportaciones históricas relevantes y recuerdos emotivos. Estamos ante una indiscutible referencia de la Semana Santa de Setenil y, posiblemente, una de las mejores publicaciones de la Cuaresma de Andalucía. Pincha en la imagen de abajo para ver todos los números.
La Hermandad de la Santa Vera+Cruz de Setenil ha inaugurado este jueves 20 de octubre en la Casa Hermandad la muestra “Una mirada al Setenil de 1484″, en la que se exponen una veintena de los trajes medievales vestidos en la fiesta de «Moros+Cristianos». Coincidiendo con la quinta edición de este evento de enorme éxito, Los Blancos dedican esta presentación a la Asociación Setenil 1484, que en un tiempo récord ha logrado afianzar la recreación histórica del hito más conocido de la historia de Setenil: la conquista de nuestro pueblo por los Reyes Católicos, representada en la Sillería de la Catedral de Toledo por su relevancia en la caída del Reino de Granada.
En esta muestra se pueden ver los atuendos de los Reyes Católicos, El Cordi, el Marqués de Cádiz o el Gran Capitán, así como de toda la corte y los soldados que les acompañan. Han sido diseñados en su mayoría por costureras de Setenil, siguiendo patrones históricos.
Esta exposición es la primera que realiza la Santa Vera+Cruz en la Casa Hermandad desde su inauguración en la vísperas de esta Semana Santa, y, por tanto, inicia la apuesta de Los Blancos por convertir este centro también en un espacio para conocer y admirar el patrimonio histórico, artístico y cultural de la Hermandad y de nuestro pueblo.
Trajes de los Reyes Católicos.Traje de El Cordi, su esposa y sus hijos.El Hermano Mayor, Sebastián Luque, posa con algunos de los protagonistas, el cura párroco y el alcalde de Setenil durante la presentación de la exposición.
Hoy en día es imposible concebir nuestras procesiones sin el acompañamiento musical a nuestros tronos. Salvedad hecha de La Procesión del Silencio, donde los únicos sonidos permitidos son el rezo del Rosario, el canto del “Vexilla Regis prodeunt” y la interpretación de alguna saeta desde el suelo, las procesiones de Jueves y Viernes Santo y Domingo de Resurrección tienen en la música uno de sus ingredientes fundamentales.
El origen de esta vinculación entre el hecho religioso y la música es tan antiguo como nuestras propias procesiones. Aún teniendo constancia indirecta a través de libros de actas más antiguos de los gastos consignados para este fin, es en unas actas del siglo XIX donde encontramos una descripción detallada de una de nuestras procesiones en la que no sólo se da cuenta sobre la escolta militar a Las Imágenes, sino incluso se prescribe el número y clase de instrumentos, y las piezas a interpretar.
Ya en el siglo XX tenemos constancia escrita y tradición oral sobre como, ya aparecida la otra Hermandad de Penitencia de nuestro pueblo, se procedía entre ambas a la contratación conjunta de bandas de “pinchetes” que acompañaran todas las procesiones. Es a mediados del siglo pasado, tras unos años en los que la hermandades centraron sus esfuerzos en la recuperación patrimonial tanto de imágenes como de enseres destruidos por anarquistas y anticlericales en los primeros momentos de la Guerra Civil, cuando se rompe esta costumbre y ya nuestra Hermandad inicia la incorporación a nuestros cortejos de bandas militares como Infantería de Marina, que añaden a sus cornetas y tambores escuadra de gastadores y sección de honores, dando una mayor solemnidad a las Estaciones de Penitencia y comenzando a desarrollar el carácter peculiar de la Semana Santa de Setenil en cuanto a su relación con la música.
Los Regulares en Setenil. Rodogo. 2016
Tras una década de los sesenta algo más tranquila, es en los años setenta cuando estalla la, no sé si bien o mal llamada, “Guerra de las Bandas”. Junto a las bandas de cornetas y tambores militares hacen su presencia en Setenil agrupaciones musicales de todo tipo, algunas de ellas difícilmente encajables en la normalidad cofrade. Son años donde se prima el número de bandas y su espectacularidad sobre la idoneidad o calidad de las mismas. Probablemente lo mejor que nos haya quedado de esos años, es la importancia que en Setenil se le da al pasacalles. La irrupción previa a cada procesión de los diferentes grupos hasta la Plaza es tan esperada por muchos como la propia procesión.
Es en los años ochenta cuando se producen dos hechos que van a marcar un antes y un después en esta relación entre la forma de entender los cortejos y el acompañamiento musical apropiado. Por un lado, la declaración como “Hermano Mayor Honorario” del Cuerpo de Intendencia del Ejército de Tierra. Y por otro la aparición de la Nueva Imagen de la Virgen de los Dolores.
Amén de la importancia institucional y el verdadero hermanamiento entre Intendentes y Blancos que se ha ido incrementando exponencialmente hasta nuestros días, nos abre la puerta a la participación de unidades militares no sólo realmente numerosas y brillantes, sino también con una lógica formación marcial. Las bandas militares se empiezan a presentar con Escuadras de Gastadores, Sección de Guiones, Unidad de Cornetas y Tambores o Agrupaciones Musicales, en muchos casos Bandas de Música y Compañía de Honores. Son largas noches de cuaresma con Junta de Gobierno en torno a teléfonos fijos y de viajes inacabables. Son años de “Regimiento Pavía de San Roque”, “División Acorazada Brunete”, “Banda de Pífano”, “Caballería de Aranjuez” (los magníficos “esparraguitos” con su uniforme de Húsares), “Legión”, “Regulares”, “Brigada Paracaidista”, “Colegio de Guardias Jóvenes de Valdemoro«, …y un largo etcétera de unidades militares que han dado el máximo esplendor sobre todo a Nuestros Tronos de Cristo.
Como decía, el otro hecho que marca un hito en estos años es la realización de la Nueva Imagen de la Virgen de los Dolores por D. Luís Álvarez Duarte, unida a la confección tanto del techo de palio como de su frontal, trasera y laterales por D. Francisco Carrera Iglesias “Paquili”. Todo ello, nos pone frente a un Palio tan bello como sevillano, que pedía a gritos un acompañamiento adecuado. Empiezan a acompañarla Bandas de Música civiles con repertorios puramente cofrades, y se convierte en imán para todos aquellos costaleros que disfrutan paseando por las calles de Setenil a su Madre entre marchas de palio. Son bandas de uniformes menos vistosos, sin una rígida formación, pero con una calidad musical indudable. Esta cuadrilla, acompañada por diferentes agrupaciones, ha sido maestra y pionera en como poner un palio en nuestras calles.
Mercedes Cebada 2018 Jueves Santo Bandas Trompeta
Y llegamos al siglo XXI, cuando la desaparición del servicio militar obligatorio, la profesionalización del Ejército, la eliminación de las bandas que existían en casi todos los cuarteles y la implantación de leyes que restringen cada vez más la participación del Ejército en actos religiosos, nos obligaron a escoger entre las que ya habían participado a aquellas que preferíamos se convirtieran en tradición fija para nuestras procesiones. Y así, se nombra Hermano Mayor del Señor Amarrado a la Columna al Tercio Sur de Infantería de Marina, y a su vez, Hermano Mayor del Santo Entierro del Cristo de la Vera+Cruz al Grupo de Regulares nº 54 de Ceuta. El comportamiento de ambas unidades para con nosotros ha sido siempre ejemplar. Por su disponibilidad de personal el Tercio Sur envía un número más reducido de componentes, a veces circunscrita a Infantes de Honores, lo que nos lleva a disponer de Agrupaciones musicales civiles, que en su calidad musical son un más que digno acompañamiento para “El Amarrao”. Mientras los Regulares de Ceuta acuden siempre con una formación impresionante, que junto a su elegancia y disposición se convierten en la mejor y más medida representación militar de las que a Setenil acuden.
Regimiento de Artillería de Costa nº 4 con sede en el Acuartelamiento Camposoto
.
Para terminar con el tema de las representaciones militares hemos de decir que no somos ilusos, pero, inasequibles al desaliento, nunca hemos dejado de intentar aumentar esta representación militar, y si en cualquier ocasión las circunstancias permitieran aumentarla de algún modo ahí estaremos. Nuestra idiosincrasia forjada durante casi cinco siglos nos obliga a cuidar este aspecto que es parte de nuestro patrimonio inmaterial y marca nuestros genes blancos.
Añadir que hoy, la continua participación de bandas de música en el Palio, junto a la aparición de programas con las marchas a interpretar en cada punto del recorrido, han conseguido de una parte crear una cultura musical en el costalero y el espectador, así como la expectación en torno al discurrir del Trono por esquinas, curvas y albarrás determinadas.
No quiero acabar esta humilde reseña sobre el papel de la música en nuestros desfiles procesionales, sin hacer referencia a la aparición este mismo año de un CD donde hemos querido recoger los sonidos de una Semana Santa. Titulado: “Amarrao a tu Vera+Cruz” pretende ser la grabación desde un balcón cualquiera del paso de Bandas y Procesiones. Subtitulado “Así suena la Semana Santa en Setenil” hemos ordenado las marchas desde el pasacalles de la primera un Jueves Santo hasta el regocijo en la Plaza del Domingo de Resurrección. Entre ellas una pequeña introducción locutada para cada día, así como la declamación de una poesía dedicada a la “Procesión del Silencio”. Me gustaría por último advertir que tanto en las locuciones, que se han grabado intentando captar el eco de nuestras cuevas y tajos, como en la mayoría de las marchas, hemos sacrificado un puntito de calidad con tal de mostrar el sonido de la calle, huyendo de la perfección sonora del estudio, pero ganando, a nuestro juicio, en la memoria de lo vivido.
Repertorio de Jueves Santo
SEÑOR AMARRADO A LA COLUMNA
1.-SALIDA: HIMNO NAC.-REO DE MUERTE
2.-PRIMER ARCO: NAZARET
3.-SEGUNDO ARCO: ORACIÓN
4.-AYUNTAMIENTO: CINCO LLAGAS
5.-SUBIDA CALLE CADIZ: PRESENTADO A SEVILLA
6.-CURVA CORRAL: SALUD MONTESIÓN
7.-ENTRADA CALLE ALTA: ¡OH PECADOR!
8.-PUERTA JOSÉ SINDICATO: ¡Y CONTIGO HASTA EL CIELO!
En este video cedido generosamente por TeleAlcalá puedes conocer todos los detalles de cómo se hizo este proyecto colectivo y escuchar a todos los artífices de su ejecución. Un paseo de un abuelo blanco que le cuenta a su nieta el significado histórico de la Casa Hermandad. No te lo pierdas.
SEBASTIÁN LUQUE Hermano Mayor de Los Blancos
Son muchos los años que en el seno de nuestra Hermandad se venía fraguando y trabajando la idea de poder contar con una Casa de Hermandad, acorde y digna a la dimensión institucional e histórica que representan “Los Blancos” en Setenil. En los últimos tiempos, hemos redoblado nuestros esfuerzos para que “la Casa de todos los Blancos” fuese una realidad, debiendo de cumplir con las directrices que el Equipo Técnico nos había propuesto, respetando y teniendo en cuenta los parámetros que desde un primer momento nos habíamos propuesto.
Desde el primer momento, la Junta de Gobierno sabía que el proyecto iba a ser además de largo en el tiempo, costoso en su ejecución. Estábamos convencidos de que su realización no iba a ser posible sin contar con la ayuda y el esfuerzo de cada uno de los hermanos y hermanas que componen esta Santa Hermandad. Existía un convencimiento de que la Hermandad y el pueblo de Setenil iba a responder (como siempre lo ha hecho) a la demanda de ayuda de su Junta de Gobierno, para poder contribuir a este importante proyecto.
En los últimos dos años y a pesar de los graves inconvenientes provocados por la pandemia, han sido múltiples las actividades, actos y eventos que desde la Hermandad se han organizado para poder recaudar fondos y poder ejecutar con el mayor esplendor y grandeza nuestro proyecto.
Ha sido “un proyectode todos y para todos”. Y cuando me refiero a todos es sin excepción hermanos “Blancos” y setenileños en general que con su esfuerzo y aportación han hecho posible esta realidad, sintiéndose todos ellos parte importante y necesaria del proyecto.
Como ejemplo de ese gran número de actividades emprendidas, pusimos en marcha una iniciativa para cubrir los gastos de toda la solería y escaleras del edificio, con una plantilla sobre la que cada hermano elegía los metros, peldaños o lozas que quería regalar para la Hermandad. La iniciativa ha sido todo un éxito.
Desde este artículo quiero agradecer en nombre de toda nuestra Junta de Gobierno y del Equipo Técnico que ha hecho posible la realización de este proyecto, el inmenso esfuerzo realizado por todos los donantes y colaboradores, no sólo del suelo, si no de esa gran cantidad de donaciones anónimas que han servido para sufragar materiales, instalaciones, servicios y equipamiento en general de todo el edificio.
No me gustaría finalizar, sin antes agradecer a ese equipo de hermanas que se ha encargado de ir por las calles, visitando y solicitando la necesaria ayuda y solidaridad de todos para este proyecto, dando una gran oportunidad de ser partícipes del gran proyecto de “Casa de Hermandad”.
Bendición de la Casa Hermandad el 25 de marzo de 2022, un fecha histórica para la Hermandad.
PEDRO ANDRADES
Camino de los cinco siglos de historia, Los Blancos no dejan de renovarse. La Semana Santa de 2022 será muy especial tras la dura pandemia que hemos sufrido. El Jueves Santo volverá a abrirse la puerta de la Iglesia de la Villa y disfrutaremos del esplendor de nuestras procesiones. Pero también habrá otras novedades importantes, porque se estrena la nueva Casa Hermandad de Los Blancos. En el número 1551 (sí, como suena) de la Plaza de la Villa, en la casa que fue antigua fábrica textil y biblioteca, nace algo más que un edificio para guardar y montar los tronos, algo más que un lugar de encuentro (que no es poco) para los hermanos blancos. Nace un espacio para conocer y admirar el patrimonio histórico, artístico y cultural de una Hermandad fundada en 1.551, que, sin duda, enriquece el patrimonio de Setenil y marca un hito en la historia de la Hermandad.
Pincha en el vídeo para ver la descripción de la Casa Hermandad realizada por el arquitecto redactor, José Antonio García Molina. Imagina Setenil ha editado un vídeo de 3 minutos y medio a partir de la grabación de la presentación oficial que hizo Tele Alcalá, a la que damos las gracias por su inagotable colaboración.
En julio de 2020 se presentaba el proyecto a cargo del arquitecto redactor, José Antonio García Molina, quien subrayaba el «valor añadido» de la apuesta por el patrimonio abanderado por la Hermandad de la Vera+Cruz. García Molina, que por desgracia falleció al poco tiempo de este acto, aplaudía la idoneidad de la ubicación en la antigua fortaleza medieval de Setenil, dado el peso histórico de la Hermandad. Los principales rasgos arquitectónicos de este edificio de tres plantas son, según destacó, la «simpleza» de la fachada marcada por una puerta ajustada al tamaño de los tronos y con referencias artísticas de esa época fundacional; la galería superior que permitirá disfrutar de los tronos a su altura; la apertura de balcones a Los Cortinales para integrar el paisaje («Setenil es un pueblo en 3D, vayas por donde vayas siempre hay vistas«); la adecuación de la zona de servicios propios de la Hermandad y las zonas de exposición, y una cierta elevación de la fachada para minimizar el impacto del edificio contiguo, que «es demoledor en esta plaza». En el siguiente , de tres minutos y medio, puedes escuchar los mejores momentos de la presentación, y la sincera satisfacción de García Molina por dejar ese legado a «una Hermandad de tanta solera».
Tras su fallecimiento, la Hermandad formó un equipo con Enrique Troya y los dos hijos de García Molina, José Antonio y Javier, y se hizo el encargo de la portada de piedra y la cornisa a Francisco Valcárcel Pozo, un prestigioso cantero rondeño que también asumió el escudo corporativo. La puerta principal se realizará según el deseo original de García Molina en los talleres de Juan Amador García Casas de La Rambla (Córdoba). En la fachada también se colocará un retablo cerámico, realizado por Jacoba Soriano de Benacazón (Sevilla), que resalta la relación de la Vera+Cruz con el Cuerpo de Intendencia del Ejército de Tierra. En resumidas cuentas, máximo cuidado en los detalles para enriquecer el patrimonio local.
Detalle del azulejo de portada y de la vidriera.
Así se hizo la vidriera
VÍCTOR MANUEL POLO CASTILLO
Las vidrieras son creaciones artísticas compuestas por trozos de vidrios planos de distintos colores, incoloros y texturas. Este producto es una obra artesanal, de diseño exclusivo, firmada por el artesano y manufacturada a través de técnicas tradicionales, utilizando nuevas y mejores materias primas, cuyo obje- tivo es llenar de luz, color e ilusión su entorno.
El diseño consistió en la ela- boración de un modelo geométrico circular, en cuyo motivo central y principal, se dibuja el contorno de la “Santa Cruz” (con un vidrio veteado de marrones, simulando madera) sobre el Monte Calvario (de colores áridos y verde pálido) destacando sobre un fondo de cielo de diferentes tonos de azules y alguna nube.
Todo este conjunto lo cir- cunda una estrecha cenefa de color verde claro, color representativo de esta cofradía de la “Vera Cruz”, para continuar y terminar hasta los bor- des con una más ancha, compuesta por 8 lóbulos pareados en amarillo y ámbar con incrustaciones de medios tacos en azul cobalto, todo contor- neado con otra franja de color rojo intenso y terminando hasta los bordes de la obra, con un verde más oscuro.
En cuanto a los aspectos técnicos constructivos de las vidrieras emplomadas clásicas, como es este caso, decir que ésta consiste principalmente en el corte de los vidrios seleccionados, con una rulína o corta vidrios, siguiendo el patrón de dibujo realizado y posteriormente engarzándolos con ayuda de unas tiras de plomo con sección en doble U, que reciben los bordes de las piezas vítreas, desarrollando su construcción a modo de puzzle. Posteriormente se realizan las soldaduras, enmasillado y limpieza, finalizando con la aplicación de un aceite pro- tector especial a los plomos, para así asignar una mayor calidad y longevidad a la obra.
Finalmente agradeceros encarecidamente la oportu- nidad de participación en esta publicación vuestra y por supuesto por la confianza depositada en mí taller, para la realización de esta vidriera, que ya forma parte de esta maravillosa “Casa Hermandad de la Santa Vera + Cruz”, cuya próxima inauguración, seguro que sumará aún más si cabe, al embellecimiento del rico Patrimonio Histórico y Cultural de la Semana Grande de Pasión de Nuestro Señor, haciendo sus estaciones de penitencia por el embaucador callejero de esta bellísima localidad serrana de Setenil de las Bodegas.
El artesano: Victor Manuel Polo Castillo
Nacido en la localidad cordobesa de Bujalance en 1970, realiza sus estudios de delineación y decora- ción en la renombrada escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos “Mateo Inurria” de Córdoba, entre l989 y 1992, obteniendo el Título de Graduado Superior en Artes Plásticas. Tras cursar los estudios de Ingeniería Técnica en Topografía en la Universidad de Jaén, vuelve a dedicarse a su pasión artesanal, participando en un curso de vidrie- ría artística en Cádiz. Tras superar el curso se dedica a colaborar en la formación de nuevos alumnos del mismo centro artístico.
En el año 2005 inicia su producción propia de vidriera artística y objetos decorativos, en la zona de la Bahía gaditana (www. vidrieraspolo.com) , que le lleva a distribuir su arte tanto en iglesias y edificios públicos, como en domicilios en Andalucía y en el resto de España.
Como ejemplos destacan sus obras en el Santuario de la “Virgen de las Montañas” de Villamartín (Cádiz) o la restauración y creación de las vidrieras de la fachada principal del Teatro Florida de Algeciras (Cádiz).
Los Reyes Católicos, Isabel y Fernando, decidieron recuperar Setenil, plaza fronteriza entre los reinos cristiano y moro, como paso previo de la reconquista del reino nazarí de Granada. Sabían las dificultades que iban a tener, otros reyes castellanos anteriores habían fracasado en el intento, y por ello dispusieron un ejército numeroso y fuerte, dotado con las más modernas y potentes armas de la época.
Asentaron su real bien cerca de la villa, en un lugar alto desde donde sus gruesas lombardas dominaban las defensas de la fortaleza mora. Detrás, en la retaguardia, se instalaron las seis tiendas que “se decían el hospital de la Reyna para los dolientes é fétidos”, llamadas así porque eran pagadas por la reina Isabel de su propio bolsillo.
En pocos días el alcaide moro, amedrentado por los daños que ocasionaban los cañonazos, rindió la población.
El Rey Fernando dejó por capitán mayor a Don Francisco Enríquez con hombres a caballo y a pie suficientes para guardar Setenil cristiano.
Estos primeros cristianos cumpliendo el mandato de los Reyes Católicos, recogido en las reales Ordenanzas –e la Ermita de San Sebastián Mártir que nos hemos de mandar hacer, ocho caballerías de tierra…- edificaron una capilla o ermita en el lugar que estuvieron las tiendas portátiles del hospital de la reina, una de las cuales, probablemente, estaría habilitada como lugar de culto y de acogimiento al Santísimo.
Setenil fue reconquistado el martes 21 de septiembre de 1484, y aparroquiado entonces mismo y la ermita de San Sebastián es la primera sede de la parroquia hasta la construcción de la Iglesia Mayor.
San Sebastian, patrón de Setenil. Foto: MARÍA GJ
Sebastián -nacido en el siglo III- era un joven soldado romano, estimado por el emperador, que no obstante ordena que sufra el martirio dos veces, -primero asaetado y después apaleado- por no aceptar las costumbres paganas de los romanos, negarse a adorar a los ídolos y llevar el consuelo de la palabra de Cristo a los cristianos cautivos que esperaban el martirio. Los cristianos para la poderosa Roma eran ateos, enemigos peligrosos del estado, a los que había que perseguir y eliminar por su fe.
El santo Sebastián, defensor de la Iglesia, goza de una gran devoción en el mundo cristiano, siendo innumerables los lugares que lo tienen como patrón -Huelva, Palma de Mallorca, San Sebastián, Setenil…- En estos días se está restaurando su Capilla, la situada junto la Piedad de Miguel Ángel en la Basílica de San Pedro, porque en ella reposarán los restos del Papa Juan Pablo II una vez beatificado.
Nuestra vieja Ermita, consagrada a San Sebastián Mártir, es de pequeña proporciones, de estilo gótico tardío, de líneas sencillas y austeras, de una sola planta rectangular a la que se accede por una entrada por la fachada norte. Su presbiterio esta cubierto por una bóveda de nervios simples. En el altar mayor hay tres nichos para las imágenes.
En la cubierta una espadaña-campanario muy pequeña rematada con una cruz y albergando una campana, sujeta al yugo, sin badajo. A izquierda del altar mayor hay una capillita anexa a la ermita, edificada en enero de 1796, para situar en ella la imagen del Crucificado de la Vera Cruz.
Desde esa lejana fecha, septiembre de 1484, hasta hoy, la Ermita en la madrugada del viernes santo es punto de partida de la más hermosa manifestación pública de fe de Setenil, la procesión del Silencio. En un principio eran clérigos los que llevaban a mano un crucifijo pequeño en procesión, más tarde tomaron el relevo cristianos viejos y bien probados que ya portaban el Crucificado a hombros desde la Ermita hasta la Iglesia Mayor.
En los desgraciados días de la guerra civil del año 1936 sufrió daños en su modesta estructura, no así las imágenes que se veneraban en su interior, el Crucificado, el Señor Resucitado, Ntra Sra de la Salud y San Sebastián, tallas que fueron puestas salvo por personas piadosas.
La ermita de San Sebastián Mártir es la primera edificación cristiana de Setenil, donde se acunó el cristianismo y donde se sintetizan las raíces históricas, religiosas y culturales de nuestro pueblo.
En la actualidad las inclemencias del tiempo, favorecidas por la naturaleza de los materiales con que fue construida, han hecho mella en los muros y en la cúpula. Se han perdido la sacristía y la vivienda. La cubierta y el interior del templo necesitan una profunda rehabilitación.
Pongámonos en situación y esbocemos los primeros momentos de la construcción de la Iglesia Mayor en la villa.
Como es conocido, la iglesia de Ntra. Sra. de la Encarnación, posiblemente, no debió ser comenzada antes del final del siglo XV o principios del XVI, según podemos deducir de la fecha de conquista de Setenil: el 21 de Septiembre de 1484. Por cuanto se refiere al periodo o estilo al que esta seo pertenece, podemos encasillarla en el llamado tardo-gótico o gótico isabelino. En esta época ya se dominan todas las particularidades del estilo gótico y los artistas se recrean en la decoración, introduciendo incipientes elementos del nuevo estilo que viene: el clasicismo renacentista.
Teniendo en cuenta la fecha de conquista y que se tardaría cierto margen de años en encontrar la coyuntura económico-financiera adecuada para emprender el levantamiento de semejante edificio religioso, cabe suponer que la fecha aproximada de inicio de la empresa debió rondar la fecha anteriormente propuesta (últimos años del siglo XV y la primera década del siglo XVI). De esta centuria -el largo siglo XVI- no se tienen noticias sobre quienes fueron los artífices reales de la obra de construcción y de sus diseños.
Comenzada a levantar bajo el patronazgo de los Reyes Católicos y bajo la encomienda y supervisión del arzobispado de Sevilla; podemos decir que en los primeros momentos constructivos de la fábrica de la iglesia, prima el interés por contar con espacio consagrado, elevándose de forma más o menos rápida la nave de obra mudéjar que ha permanecido hasta nuestros días. De esta primera época (comienzos del siglo XVI) no tenemos noticias de maestros o artistas significativos, y no es de extrañar, porque la manufactura no es de la calidad debida a un gran maestro de la época lo que explica que la autoría permanezca en el anonimato, entre otras muchas razones que no viene al cosa comentar.
La obra de nuestra iglesia, parece ser que fue impulsada por Fray Diego de Deza, quién fuese preceptor del infante Don Juan -hijo de los Reyes Católicos-, Inquisidor Mayor del Reino y Arzobispo de Sevilla entre 1504 y 1523. Podemos constatar que su principal comitente fue el arzobispado sevillano, como podemos observar en los 2 escudos eclesiásticos que decoran los tramos oblicuos del presbiterio, con el capelo rojo y las 4 borlas colgantes sobre los escudos.
A pesar de los esfuerzos financieros de la curia eclesiástica sevillana, la obra de esta iglesia sufrió numerosos contratiempos e impidió la intervención de maestros de primer rango que estaban ocupados en otros edificios más importantes para la diócesis. No será hasta comenzado el siglo XVII cuando podamos identificar a un maestro de obras. Tal y como en su día demostró la profesora Mª. Dolores Aguilar, parece que en 1614, el maestro Pedro Díaz de Palacios interviene en diversas obras de la Iglesia de Ntra. Sra. de la Encarnación. Hasta hace poco se ha venido creyendo que este arquitecto, tuvo cierta formación clasicista, fue maestro mayor de las obras de la Catedral de Sevilla y en 1590 es nombrado responsable de las obras de la Catedral de Málaga y los edificios pertenecientes a esta diócesis. Pero esto no es del todo cierto.
¿Quién fue Pedro Díaz de Palacios? Al respecto, cabe indicar que recientes trabajos de investigación sobre este arquitecto han cambiado sustancialmente lo que hasta hace poco se había escrito. Durante la década de los ochenta y noventa del siglo pasado, se creía que Pedro Díaz de Palacios, era un único individuo que trabajó en las obras de la catedral de Sevilla en torno a 1570 y que, posteriormente, en 1599 será nombrado aparejador de las obras de cantería de los edificios dependientes del cabildo catedralicio de Málaga.
Las investigaciones realizadas por Eduardo Carrero y Vera González, han demostrado que los “Díaz de Palacios” constituyeron una saga de artistas de renombre durante los siglos XVI y XVII. Éstos eran una de las cuadrillas de canteros de mayor renombre en la zona oriental de Cantabria, de donde son oriundos. De Cantabria, la familia partió a diversos lugares como Sevilla, Málaga, Burgos o Valladolid, donde se ha podido constatar su presencia. Durante los noventa años que van desde 1569 a 1659, están documentados, al menos, tres maestros diferentes con el mismo nombre.
El primer Pedro Díaz de Palacios ya en 1569 A la muerte de Hernán Ruiz II, es elegido como maestro mayor de la catedral de Sevilla, interviniendo en la obra decorativa de su Capilla Real, aunque -al parecer- de modo no conforme a los deseos del Cabildo, que en 1574 lo sustituye por Juan de Maeda, por entonces maestro mayor de la catedral de Granada. Su ámbito de trabajo se centró en Andalucía, dedicándose fundamentalmente a la traza de retablos.
No obstante continúa al frente de las obras del arzobispado, interviniendo en algunas de las iglesias que entonces se levantaban o reformaba, tales como el campanario de la iglesia de Constantina, o las Capillas sacramentales de la Iglesia de Santa María de Carmona o de la iglesia parroquial de El Pedroso. También trabajó como retablista, donde alcanzó notables éxitos, trazando el Retablo de la Iglesia de Aznalcóllar (1584), el grandioso retablo de la Iglesia de Santiago de Écija, de 1587, y el de la Iglesia de Sanlúcar la Mayor. Fallece entre 1598 y 1601 en San Miguel de Aras (Cantabria) a donde regresó para realizar las obras de una sacristía.
El Segundo Pedro Díaz de Palacios, trabajó en la diócesis malagueña como maestro mayor del cabildo catedralicio, realizando las obras del coro de la Catedral de Málaga, obras de reparación y nueva construcción de parroquias locales dependientes de Málaga. Sus actuaciones fueron diversas, desde obras de reparación en templos ya construidos hasta el levantamiento de elementos arquitectónicos y/o espacios de nueva planta. Su formación como tracista y carpintero le llevo a dirigir numerosas obras de este campo en pequeñas iglesias como las de Grazalema, Villaluenga, Benaocaz y Setenil en 1614.
Se sabe que Pedro Díaz fue un hombre muy polifacético que, además de arquitecto y tracista de retablos, trabajó como ingeniero de algunas obras en el puerto de Málaga . También mantuvo relación artística con Alonso de Vandelvira, hijo del gran arquitecto Andrés, a quien en 1605 el maestro Díaz de Palacios le encarga construir la capilla Mayor del convento de San Francisco en el Puerto de Santa María.
El tercero en discordia, es un Pedro Díaz de Palacios que desarrolla su carrera en tierras castellanas (Peñafiel, Aranda de Duero, Sepúlveda,…) y parece ser hijo del que trabajó en Málaga.
Es bastante probable que el maestro mayor de las obras de la diócesis malagueña sea hijo del que trabajó en Sevilla, y es el que intervendrá en la iglesia setenileña. Seguramente la intervención real de Pedro Díaz en Setenil se circunscribió a reparar las cubiertas de madera del tramo de nave de obra mudéjar, los artesonados de las sacristías y a dar las trazas de los retablos que adornaban el crucero.
Junto a él trabajaron tres tallistas y carpinteros que fueron Bartolomé Alcántara, Diego Jiménez Sarriá y Diego Jiménez Castro (posiblemente hijo del anterior, quienes ejecutaron las obras en madera de las parroquias antes mencionadas, incluida la de Setenil de las Bodegas, en 1614. Con seguridad, esta tríada de artistas fueron los tallistas y artífices de algunos de los espléndidos artesonados de estos edificios y de los retablos que los adornan. El maestro Pedro Díaz será quien dé los diseños, las trazas, y estos tres artistas serán los responsables de ejecutarlas conforme al programa iconográfico que se haya determinado.
De todos es sabido que los retablos que en esta época se realizaron para adornar las Iglesia Mayor han desaparecido, lo que nos impide poder comentarlos como es debido. Solo tenemos alguna referencia fotográfica de comienzos del siglo 20. Gracias a un documento gráfico sabemos que el testero central del altar mayor estaba cubierto por un hermoso retablo de tres cuerpos y tres calles que albergaba tanto esculturas como pinturas y un Cristo crucificado en la espina central del retablo. En el testero sur, junto al muro de la sacristía se levantaba otro pequeño retablo, de ornato y estética muy similar al enmarcamiento en madera que tiene el altar de Ntra. Sra. del Carmen en su ermita. Las huellas de estos elementos muebles podemos encontrarlas, hoy día, en los muros de Iglesia.
Este templo tiene todavía muchas cosas que contarnos y seguramente se vayan sucediendo nuevos estudios e investigaciones que nos permitan conocer mejor nuestra historia. Yo sólo he pretendido aportar un pequeño grano de arena en el vasto arenal del estudio de la historia, que es -y deseo que sea- discutible y rebatible con nuevas pruebas y evidencias científicas.