JOSÉ MANUEL CORDOBÉS DELGADO
Publicado en la revista de 2023
En Setenil, hasta finales de los años cincuenta, las imágenes de ambas hermandades procesionaban en unas pequeñas andas, sostenidas en los descansos por horquillas. A partir de esa fecha, se va produciendo un cambio progresivo en la estética procesional y ambas corporaciones comienzan a adquirir tronos con mayores dimensiones, tomando como modelo el estilo sevillano, cuya estética se iba poniendo de moda a nivel regional ya desde ese momento. En la Hermandad de los Blancos, primero se adquirió un trono grande en la década de los años sesenta para el Señor y casi una década después aprox, uno para la Virgen.
Hasta ese momento, tanto la Virgen de los Dolores como la del Rosario procesionaban en un pequeño trono de madera tallada y dorada que tenía un sencillo palio de encajes, sostenido por cuatro varales. Dicho trono era portado por tan solo seis personas, siendo sostenido por las horquillas en los descansos, al no tener ni siquiera patas. El cambio de este trono por uno nuevo fue precisamente causado por eso, por su reducido tamaño y también en parte por el deterioro que ya sufría.

D. José Sevillano González (Pepe Sevillano), hermano crucial de esta hermandad y primo del entonces hermano mayor D. José González Medrano, fue quien ideó y gestionó la compra de un trono nuevo en el que procesionar tanto a la Virgen de los Dolores, como a la del Rosario. Recordemos que una década después, esta persona será también quién se encargue de gestionar la adquisición de la actual dolorosa de Luis Álvarez Duarte, de ahí su importancia en la historia blanca.
Este nuevo trono de plata que posee en la actualidad la hermandad, fue adquirido y realizado en Sevilla en el año 1973, con las dimensiones adecuadas a las calles de Setenil. Precisamente esta Semana Santa de 2023 se cumplen los cincuenta años de su estreno. En cuanto a su autoría, lo desconozco pero es de muy buena factura y a pesar de ser de alpaca plateada y cincelada, curiosamente nunca se ha restaurado (señal de que es de muy buena factura). Como peculiaridad lleva dos cartelas doradas, una en la parte frontal y otra en la trasera, donde aparece el escudo de la hermandad y el de Setenil, respectivamente.
Además del propio trono, se adquirió también los diez varales del palio, del mismo estilo que la base del mismo. Todo el conjunto costó una millonada para aquella época, lo que supuso casi la ruina económica a la propia hermandad blanca de Setenil, debido al enorme desembolso que supuso su compra dentro de su contexto histórico. De hecho, se rifó incluso un coche Seat 600 para poder sufragarlo.
Este trono fue el primero con la base de orfebrería plateada de Setenil, incorporando de lleno el estilo sevillano en esta localidad, ya tan demandado en esa época por otros puntos de la geografía andaluza. La impresión que causó este trono, fue una auténtica revolución pues tanto en Setenil como en pueblos limítrofes, no había ninguno de estas características. Por tanto, gustó muchísimo tanto a blancos como a foráneos.
Se estrena también junto al conjunto de orfebrería, el palio, con bambalinas lisas de terciopelo verde con flecos de oro, y que también fue realizado en Sevilla. Ya más adelante, se iría completando con candeleria o jarras de plata, entre otros detalles. Para aquel estreno, el trono lució una candeleria de tren de velas, de madera blanca que trajo Pepe Sevillano igualmente desde Sevilla.
Es portado por cuarenta costaleros, repartidos en cuatro varales periféricos, es decir que se pueden quitar y poner, para adaptarlo a las estrechas calles del recorrido, cuando así se requiere. Originalmente, los varales que tenía eran más cortos, teniendo menos capacidad de portadores, aumentando con ello el peso del mismo. Como episodio triste a destacar en torno al trono, podemos mencionar el fallecimiento el día 10 de Abril de 2010, del costalero D. Francisco Ruiz Ayala, quien llevando a la Virgen de los Dolores sobre sus hombros un Jueves Santo, sufrió un infarto y murió en el acto, en el mismo pecho de la Plaza.
Las personas más mayores de la hermandad recuerdan que durante el año el trono se guardaba en las cocheras de algunos hermanos, sin ninguna protección, poniéndose la plata muy negra. Por consiguiente, cada año al llegar Semana Santa tenían que limpiarlo con un cepillo para que la plata volviera a lucir de nuevo limpia. Actualmente, se conserva perfectamente en la recién estrenada Casa-Hermandad. De hecho, en el presente año, donde se cumplen cincuenta años de su estreno, la Hermandad ha hecho una serie de mejoras para aligerarlo de peso, haciéndolo aún más funcional.

Además de procesionar en él a la Virgen de los Dolores como ya hemos dicho anteriormente, también lo hace la Virgen del Rosario en la jornada del Domingo de Resurrección. En esta ocasión, sin el palio y sin la candeleria. Es bastante reseñable el trabajo que supone para los miembros de esta hermandad, desmontar este trono al completo tras la procesión del Viernes Santo para luego sacarlo el Domingo de Resurrección con otro aspecto estético totalmente diferente.
Bajo mi criterio, y aunque es muy hermoso que ambas imágenes compartan el mismo trono, creo que sería muy aconsejable un trono más pequeño para la Virgen del Rosario, pues este trono desprovisto del palio, de la candeleria y otros enseres, queda muy vacío y se ve un poco grande para ella. Además, también sería muy atractivo aderezar a la Virgen de ráfaga o incluso acompañarla con candelabros de guardabrisas como tiene el trono de la Virgen del Carmen, pues el conjunto se vería más completo, dándole así un estilo más glorioso, que es lo que más le favorece a su iconografía.
Un año más y antes de terminar, como siempre, quiero volver a dar las gracias a Sebastián Luque, por darme siempre esta oportunidad de pertenecer a esta fantástica revista y a mi querida Cándida Marín, historia viva de los Blancos, por su inestimable ayuda siempre para que un servidor, siga escribiendo año tras año un artículo en la revista de esta hermandad, relacionado habitualmente con su historia. Es un verdadero placer participar siempre ¡Gracias de Corazón!