JESÚS JUAN GÓMEZ TORRES
Estudioso de heráldica. Artículo publicado en la Revista Vera+Cruz de 2022
La Hermandad de la Vera+Cruz, fundada en 1551, mediante petición realizada por el Obispo de Málaga, Fray Bernardo Manrique de Lara, con otorgación de bula papal promulgada por Sixto V en 1590 último año de su pontificado (fue el papa nº 227 de la Iglesia católica entre 1585 a 1590). Una segunda bula es concedida en 1763 a la Hermandad por el Papa Clemente XIII.
Digamos que esta Hermandad, al igual que otras que surgen en el país por estas fechas, recogen las nuevas normativas emanadas del Concilio tridentino. Finalmente, y como nota relevante, en diciembre de 2015, el Rey Don Felipe IV acepta el nombramiento de Hermano Mayor Honorario de la Hermandad de la Santa Vera+Cruz de Setenil.
La Hermandad presenta una heráldica compuesta por una corona de espinas en sinople (verde), en cuyo campo acoge en el centro del mismo el anagrama de JHS en sinople, superado sobre la «H» de una custodia de oro con Sagrada Forma. En punta tres clavos de cabeza plana en sable (negro) dispuestos uno en palo, otro en banda y otra en barra. Acompañan en el cantón siniestro del jefe un racimo de uvas tallado y hojado en sinople, y en el cantón diestro del jefe dos espadas cruzadas apuntadas hacia arriba en argén (plata).
La simbología de los elementos que componen la heráldica: la corona de espinas que tiene profundas raíces místicas. La corona de Jesús enlaza con el Génesis como símbolo del Pecado original, y Cristo le da un nuevo significado al cargar con ella en su sufrimiento, y, por tanto, liberar al hombre de ese peso. Jesús cumple también simbólicamente con la profecía de Isaías sobre el Mesías: el profeta ya indicó siglos antes del nacimiento de Cristo que sería rey, pero que moriría torturado y despreciado.

La Corona de Espinas tuvo que ver más con la burla que con el dolor (Mt 27,29), se reconoce como atributo de pasión, recoge el significado propio de la realeza combinándolo con el martirio. Para los cristianos, la Corona de Espinas es un recordatorio de dos cuestiones: 1º. Jesús fue un rey, un día todo el universo se inclinará a Jesús como el «Rey de reyes y Señor de señores» (Ap 19,16); 2º. Jesús estaba dispuesto a soportar el dolor, los insultos, la vergüenza, pero vemos en Jesús aquel que fue coronado de gloria y honra (Hb 2,9).
El monograma JHS aparece en los primeros siglos de nuestra era, a partir del nombre griego de Jesús: Ἰησοῦς (Iēsoũs, en mayúsculas ΙΗΣΟΥΣ), del que sería abreviatura. Esta abreviatura, iota-eta-sigma, es ΙΗΣ, siendo sustituida la sigma final por la S, pero permaneciendo la eta griega, por su similitud con la H latina, y quedando como lo conocemos ahora.
El olvido del origen del monograma dio lugar a etimologías populares, tales como: Iesus Hominum Salvator («Jesús salvador de los hombres» en latín) o incluso Iesus Hierusalem Salvator («Jesús salvador de Jerusalén»).
In Hoc Signo vinces («con esta señal vencerás»), creada por el emperador romano Constantino (272-337), quien afirmaba que antes de la batalla del Puente Milvio se le había aparecido el acrónimo IHS junto a su expansión explicativa: «In Hoc Signo Vinces», haciendo referencia a que si el se convertía al cristianismo vencería en la batalla. Sin embargo, tras ganar la batalla, Constantino adoptó como símbolo el lábaro (estandarte) con el monograma XP (Χριστός Khristós: Cristo).
También se ha interpretado: I Have Suffered (HS) como «Yo he sufrido». En español, JHS puede interpretarse como «Jesús Hijo y Señor».
Este monograma aparece en muchas ocasiones en solitario, pues su sola presencia ya es una representación de Jesús para los cristianos, pero en otras ocasiones se encuentra asociado con otros símbolos, como en el caso de la Vera+Cruz de Setenil. Este símbolo también asociado al monograma son los tres clavos puestos en punta, que pretenden recordar a aquellos que clavaron a la cruz a Jesús en su crucifixión. Por lo general estos clavos se representan en número de tres, figurando la imagen escenificación clásica de la Crucifixión de Cristo, en la que cada clavo atraviesa cada mano y un tercero a ambos pies, puesto uno sobre otro.
La custodia es una de las simbologías utilizadas para representar la sacramentalidad de la Hermandad, por fusión con la que ya existía y que desapareció en el siglo XVIII.
La custodia también es llamada ostensorio (del latín ostendere, «mostrar»). Consiste en una pieza de oro u otro metal precioso, donde se coloca la Hostia después de ser Consagrada para la adoración de los fieles. El uso moderno se ha limitado ambos términos a los vasos destinados a la exposición del Santísimo Sacramento, y es solo en este sentido que utilizamos la palabra ostensorio y custodia (1). En época del Renacimiento se construyen en forma de templete y, desde finales del siglo XVI se le empieza a dar la forma que hoy está más en uso: en forma de sol radiante con adornos de ángeles o pedrería fina que rodea al «viril», donde se pone la hostia.
En España se estableció a mediados del siglo XV la costumbre de procesionar sobre carroza o en andas la custodia la «Hostia Consagrada» para su veneración, sobre todo en la festividad del Corpus Christi.
El racimo de uvas se interpreta como símbolo eucarístico. La vid, planta sagrada que representa la vida y es signo de inmortalidad, gracias al jugo de su fruto (vino). Es símbolo de prosperidad, abundancia, longevidad, fertilidad y plenitud, asociada a su vez con las festividades y la alegría. De ella se extrae el vino, elemento líquido utilizado por Jesús en la última cena, en laque instituye la Eucaristía, y simboliza la sangre de Cristo (Mc. 14,12-16. 22-26).
Las espadas cruzadas simbolizan en este caso la defensa de la fe, son símbolo de unidad y es la alianza entre los dos poderes civil-militar y eclesiástico. Las dos espadas en sotuer apuntadas hacia arriba significado de «estar dispuesto a…» Esta espadas están avaladas por el sitio militar. Una espada sería en honor a San Sebastián, Patrón y Protector de Setenil, al mismo tiempo que es el Patrón de los soldados y delos arqueros. La otra espada representa al pueblo defensor y seguidor de Cristo.
Finalmente el color verde caracteriza a la Vera+Cruz. Su nombre heráldico es sinople. Este color representa la virtud cardinal de la fortaleza, complementándose con la virtud teologal de la esperanza y la caridad.
Lo podemos ver en la octava estación del Vía Crucis (Lc 23, 27-31). Lo seguía una gran multitud del pueblo y de mujeres que lloraban y hacían lamentación por él. Pero Jesús, volviéndose hacia ellas, les dijo:
–Hijas de Jerusalén, no lloréis por mi, sino llorad por vosotras mismas y por vuestros hijos, porque vendrán días en que dirán: «Bienaventuradas las estériles y los vientres que no concibieron y los pechos que no criaron». Entonces comenzarán a decir a los montes: «Caed sobre vosotros», y a los collados: «Cubridnos», porque si en el árbol verde hacen estas cosas, ¿en el seco qué no se hará?».


