La Virgen del Rosario, «la gran desconocida”

José Manuel CORDOBÉS DELGADO
Publicado en la Revista Vera+Cruz de 2017

He intentado desempolvar del altillo el pasado de la Santísima Virgen del Rosario. Una historia llena de vacíos e incongruencias, recogida además de forma oral durante generaciones, la cual he intentado esclarecer al máximo posible a través de éste pequeño artículo para que todos los setenileños conozcan la verdadera historia de esta talla mariana. Todo surgió a raiz de un comentario de Sebastián Luque, Hermano Mayor de la cofradía, que me dijo que la Virgen del Rosario era una gran desconocida y que se sabía muy poco sobre ella.

Desde aquel momento, quise indagar en esta bella imagen mariana, preguntando a personas vinculadas con ella desde su llegada al pueblo, en la postguerra. Por tanto, lo que mis palabras expresan son solo un pequeño ápice de lo que se puede saber de ella, pues la restauración a la que ha sido sometida arroja numerosa información desconocida hasta el momento. Algo que dejo en manos de un grandioso profesional como es Don Juan Manuel Miñarro, quien la ha restaurado y puede arrojar luz con mayor certeza que un servidor, dándonos a conocer en mayor profundidad la talla desde un punto histórico-artístico.

Mario G Vargas 2021 Virgen del Rosario en la Iglesia
Mario G Vargas 2021 Virgen del Rosario en la Iglesia

El origen de la devoción a la Virgen del Rosario en Setenil de las Bodegas hunde sus raíces en el siglo XVI. Los primeros documentos que nos hablan de la existencia de esta devoción rosariana corresponden a 1584, poco tiempo después de fundarse esta cofradía. Dato muy interesante y desconocido hasta el momento, el cual conocemos gracias a la aparición de unos libros históricos de la Hermandad. Por tanto, la advocación gloriosa del Rosario forma parte de esta cofradía prácticamente desde el inicio de la misma, existiendo incluso antes que la Virgen de los Dolores.

Pocos datos tenemos de la antigua Virgen del Rosario que esta Hermandad veneró hasta el fatídico verano de 1936, en el que fue destruida junto a las demás tallas existentes en la iglesia parroquial de la villa de Setenil. Es cierto que no sabemos claramente lo que ocurrió con esta imagen, pero diversas personas mayores nos afirman que fue destruida en su totalidad, salvándose solo el niño Jesús que la talla mariana llevaba entre sus manos. Talla del divino infante que ha llegado a nuestros días, siendo custodiado en casa de su camarera, Josefina Robles.

Pasados los difíciles años de la contienda civil, una serie de familias del pueblo, muy vinculadas con la Hermandad, fueron las encargadas de ir reponiendo el patrimonio perdido, adquiriendo nuevas imágenes. La familia de Elisa Sánchez, más conocida por los setenileños como “La chacha Elisa” fue la encargada de comprar la nueva Virgen del Rosario y su niño Jesús, la cual fue adquirida en el año 1942, cumpliéndose este año el 75 aniversario de su adquisición y llegada a la villa de Setenil.

Se inicia aquí la gran duda de si esta imagen que hoy veneramos bajo la advocación del Rosario era una talla nueva o era una antigua imagen restaurada. A pesar de que algunas personas piensan que puede ser la primigenia, la existencia de testimonios orales lo desmienten. Asimismo, la existencia de dos niños Jesús deja grandes dudas en este ámbito.

En una de mis visitas a Setenil pude ver la Iglesia Parroquial, apreciando de cerca los rasgos de esta imagen, la cual me pareció de una extraordinaria belleza, con un semblante sereno que invita al fiel a su rezo. De aquella visita, saqué en conclusión propia que era una obra antigua, encuadrada en torno al siglo XVII (su hechura así lo evidenciaba) pero con una impronta muy contemporánea, del mismo siglo XX. El rostro de esta imagen guarda un asombroso parecido con las obras del escultor granadino Navas-Parejo, concretamente con la Virgen del Carmen del malagueño barrio del Perchel de Málaga, por lo que en un principio creí que había podido pasar por las manos de este genial artista granadino. Sin embargo, los documentos aparecidos hace meses, nos corroboran que fue comprada en Sevilla en el año 1942, por lo que no podía ser obra de ningún artista granadino.

Tiempo después, y tras realizar estudios comparativos con obras de escuela sevillana, creo que puede ser una obra que pasó por las manos del artista José Sanjuan Navarro, discípulo del prolífico Antonio Castillo Lastrucci, y cuya obra es muy desconocida. A pesar de ello, conozco diversas efigies suyas, caracrerizadas por un semblante sereno y una policromía muy semejante a la talla del Rosario y de su niño de Setenil. Por tanto, creo que puede ser una imagen que, a pesar de su antigüedad, nos muestra la impronta del siglo XX que este escultor quizás le dio.

A pesar de mi atribución, no puedo corroborarlo pues carezco de más información sobre este artista sevillano. Como ya dije anteriormente en este artículo, mi labor ha consistido en recopilar datos sobre que se sabía de ella hasta ahora, la última palabra la tiene Miñarro quién nos regala una magnifica restauración a la puertas de una nueva Semana Santa.

Como colofón de este artículo, quiero agradecer a todas las personas de esta cofradía, que me han ayudado en la realización del mismo, aportándome datos que desconocía. Quiero mostrar mi más sincero agradecimiento a Sebastián Luque, Josefina Robles, a la encantadora Cándida Marín y en especial y como siempre hago, a mi amigo Juan Sánchez, por su entera disposición siempre con mi persona.


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