JUAN IGNACIO MARÍN GÓMEZ
Cuando el 21 de septiembre de 1484 los moros entregan finalmente la fortaleza de Setenil, después del asedio llevado a cabo por el rey Don Fernando, una de las primeras instrucciones que deja a su capitán mayor Don Francisco Enríquez es hacer una ermita bajo la advocación de San Sebastián Mártir, en el lugar donde, a la retaguardia del asedio, estarían situadas las tiendas dedicadas a hospital. Es de suponer que un plazo breve de tiempo quedó construida esta ermita, por lo que la fecha de edificación entra plenamente en las postrimerías del s.XV
La Iglesia parroquial, en la Villa, debió iniciarse a continuación. Estilísticamente es también, como la ermita mencionada, gótico tardío. No tenemos constancia de la fecha exacta de inicio de las obras, aunque es sabido que primeramente se hizo una iglesia de estilo mudéjar (la actual entrada al templo), decorada con frescos que permanecen ocultos actualmente, y, en un plazo relativamente breve, se decidió hacer la obra actual, comenzando desde el ábside o cabecera y progresando hasta la actual entrada, hasta que la falta de fondos dejó inconclusa la nave central, fusionada con lo que quedaba de la obra mudéjar de la manera que buenamente pudieron en su momento.
En el grabado correspondiente a Setenil de la obra Civitates Orbis Terrarum, de Georg Braun y el grabador Franz Hogenberg y publicado entre 1572 y 1618, la iglesia está prácticamente concluida, a falta del tramo final del campanario, pues no se visualiza en dicho grabado. Si nos atenemos a las fechas de publicación, es claro que en el s. XVI nuestro templo parroquial estaría operativo. Es en el exterior del ábside donde hemos encontrado el grabado, realizado con un punzón o un buril sobre un sillar, al que alude el título de este articulo.
Desde antes de la Edad Media los maestros canteros esculpían en los sillares que tallaban marcas o signos lapidarios, los cuales servían como “marca” de autor, o bien podían tener otros significados. Según Alvarado Planas (“Heráldica, simbolismo y usos tradicionales de las corporaciones de oficio: las marcas de los canteros”, Premio Nacional de Historia de España, 2009) hay que diferenciar entre signos lapidarios y marcas de cantero.
Dentro de los signos lapidarios, puede diferenciarse categorías como:
Marcas o signos mágicos (protección al peregrino, astrología..)
Marcas de donante, referidas a quienes costearon parte del edificio .
Y dentro de las marcas de cantería, tendríamos las marcas de la cantera de procedencia (marcas de cantería, que no tienen que ver con las marcas de cantero) y marcas auxiliares, que servirían para indicar la orientación o posición del bloque o pieza, con significados tales como asiento, posición, orientación, altura o grosor.

En cuanto a las mencionadas marcas de cantero, cuya función era identificar al autor del trabajo (para cobrar el trabajo, por ejemplo), el mencionado autor las divide en:
Marcas biográficas ( mazas, escuadras, compases..)
Marcas reticulares: Básicamente iniciales entrelazadas o signos monogramáticos
No obstante, además de estos signos descritos, podemos encontrar marcas denominadas grafitis, signos históricos lapidarios, firmas, etc., que pueden ser posteriores a la conclusión de la edificación y se corresponden a los dejados por viajeros, miembros de logias, peregrinos a su paso, etc., que no tienen ningún sentido práctico y son difíciles de datar (salvo los viajeros que estampan firma y fecha).
Por no abusar sobre la extensión, forma y función de los signos o marcas de cantería, remitimos al lector a este artículo de Alvaro Rendón Gómez, donde el interesado encontrará una exhaustiva y completa clasificación y lectura de los mismos.
Por último, y menos usuales, son marcas hechas en la piedra a modo de boceto o indicación arquitectónica del maestro de obra (magister muri) para dejar alguna instrucción visible o simplemente como boceto de algo por concluir.
Como ejemplo de esto, el posible boceto de vitral del monasterio de Suso (La Rioja).

Este tipo de grabados son de la misma fecha en la que se está ejecutando la obra, y claramente son indicaciones o aclaraciones que se tienen visibles para consulta.

En Setenil tenemos, por el momento, una marca identificada en un sillar al exterior, en la cara oriental del templo, que entraría en la categoría de boceto arquitectónico o marcas de diseño. Esta sería un boceto de las ventanas que iluminan la nave.


En este grabado se aprecia claramente la disposición del ventanal-tipo que tiene la iglesia en su nave central, arriba, en los laterales: Una ventana dividida por una columnita y coronada con un rosetón. Posiblemente, a modo de hipótesis, si bien el diseño grabado es claramente gótico (rosetón grande, arcos apuntados ojivales..) quizás a la hora de ejecutar las ventanas se optase por un diseño más renacentista, acorde con la etapas finales de construcción del templo.


Teniendo en cuenta que la ejecución de la iglesia se realiza en un período muy tardío del gótico no sería de extrañar que, si bien hay elementos que sería imposible de cambiar en fases avanzadas de la construcción (las nervaduras del crucero, por ejemplo), otras menores sí serían fácilmente modificables a fin de ajustarlas a los nuevos gustos de la época, como estos ventanales, pues es a finales del s. XV la etapa donde el gótico convive con los estilos renacentistas.
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