ANTONIO VARO GUTIÉRREZ
Coronel de Infantería DEM. Jefe del Grupo de Regulares de Ceuta Nº 54
Publicado en la Revista de 2016












Si algo me llamó la atención el pasado año, cuando por primera vez como Jefe del Grupo de Regulares de Ceuta pude participar en la preciosa, apasionada y sublime Semana Santa de Setenil de las Bodegas, fue la mirada de amistad, agradecimiento y admiración que pude ver en todos los hermanos y hermanas “blancos” que tuve el honor de conocer. Sé que ello que no se debe a mi persona, sino a lo que represento: la historia de hermandad entre los setenileños y los Regulares de Ceuta.
No pretendo dar una lección sobre la historia de la colaboración entre la unidad militar que tengo el honor de mandar y la Hermandad de la Santa Vera+Cruz. Ya lo hizo en su momento y de forma brillante, el Hermano Sebastián Luque.
En cambio, sí me gustaría escribir unas letras sobre lo que entiendo por “hermandad”. Quizás este concepto, idea o como queramos llamarlo, represente la forma más antigua mediante la cual hombres y mujeres pertenecientes a cualquier estamento social o institución, se aglutinaban entorno a un fin común, utilizando para ello la forma más genuina de lo que llamamos “democracia”. La misma palabra hermandad hace referencia a “igualdad”, “amistad”, “alianza” o “fraternidad”.
Los primeros cristianos se agruparon de ese modo; daba igual que fueran nobles oplebeyos, ricos o pobres. Con el paso de los años y con la finalidad de mantener vivo el sentimiento de la Fe, los cristianos se organizaron en cofradías o hermandades. Con el costal encima y mirando difícilmente al frente, se unen obreros, abogados, políticos o militares. No hay diferencia. Todos a la una. Ante Nuestro Señor no hay diferencias.De esta manera es como siento la unión entre los “Blancos” y el Grupo de Regulares de Ceuta nº 54, de igual a igual y de mutua admiración.
Por cuestiones del destino, los Regulares, unidad de clara tradición africana acompañan a los bellos Pasos de la Cofradía de la Santa Vera + Cruz por las blancas calles de Setenil. Aunque algunos piensen que es sólo algo estético, yo pude ver algo más. Algo que va más allá de lo sencillamente terrenal. Mis hombres y mujeres pudieron sentir la admiración y agradecimiento del pueblo. De ese pueblo que venera y reza a Nuestro Señor y a su Madre, la Virgen María, con una maravillosa y eterna devoción. Fue en ese momento donde pude ver claramente la “hermandad” entre ese pueblo y mis soldados.
Por ello pido a Dios que esa Fe generosa que vi derrochar por las calles de vuestro precioso pueblo, cuide de todos aquellos Regulares caídos por España, independientemente de su religión o creencia, y proteja y guíe a todos aquellos que actualmente forman en las filas de esta gloriosa unidad.
Para terminar y desde la humildad de estas letras, quisiera dar la bienvenida a esta Hermandad a quien se ha integrado recientemente como Hermano Mayor Honorario, S.M.el Rey, don Felipe VI. Es un alto honor para el Grupo de Regulares de Ceuta nº54 compartir este título honorífico con nuestro Jefe Supremo.
2 comentarios sobre “Los Regulares en Setenil: una historia de hermandad”