Setenil de las Bodegas 16 de Marzo de 2024
Voy corriendo hacia la villa
Ya se termina el día
Voy a abrir el portón
Para que salga la Cofradía.
Ya sale la Cruz de Guía
Viene con sus faroles
Y estoy loco por ver
La llama de sus crisoles
La junta va contigo, al frente tu hermana mayor
Van siguiendo tus pasos en este trance de dolor,
Monaguillos, nazarenos por las calles
Capas y capirotes al compás de los tambores
El trajín de los portadores
Los hombres para acompañar el paso
Las mujeres en los balcones
Los manojos de claveles
El reventón en sus colores
La muerte en cada desplante
Refugiándose en los rincones
Rosarios tambaleantes
Que brillan el decorado
Que publican los dolores
De la Pasión y el aguante
De un Cristo que en estertores
Da lo eterno en un instante
Muriendo entre cuatro hachones
Reverendo Sr. Cura Párroco de Nuestra Señora de la Encarnación, DonArturo Fabero Becerra,
Excmo. Sr. Alcalde y Corporación Municipal de este Ayuntamiento. Autoridades civiles y militares.
Ilustrñisima Hermana Mayor y Junta de Gobierno de la Sacramental y Franciscana Hermandad de la Santa Vera+Cruz. Ilustrísimo Hermano Mayor y Junta de Gobierno de la Hermandad de Nuestro
Padre Jesús de Setenil. Ilustrísimo Hermanos Mayores de las Hermandades de Gloria de nuestra
localidad. Hermanos y cofrades de las Hermandes de Pasión de los pueblos vecinos. A los antiguos pregonero que han subido antes que yo a esta tribuna. Familiares y amigos y a los que han venido de fuera.
Permitirme unas palabras de recuerdo y cariño a la memoria de mi Padre, Él me inculcó estos valores de ser tan blanco y apretado como él lo era. Era un gran hombre con una sencillez memorable; lo recuerdo siempre con su Virgen del Rosario el Domingo de Resurrección.
A mi madre que me ha apoyado tanto e incluso me ha regañado: ¡Alonso, que se te echa el tiempo encima¡ La verdad le estoy eternamente agradecido por todo lo que ha hecho en mi vida por mí.
Gracias Mama. A mi querida esposa, que está siempre a mi lado, preocupada por todo
lo que me acontece. Y a mis hijos, herederos de mi mejor patrimonio como blanco.
Quisiera dar las gracias a los hermanos de mi Hermandad por haberme elegido como Pregonero de Nuestra Semana de Pasión 2024. Gracias Sebastián y José por llamarme aquella tarde y animarme e impulsarme para que esto fuera una realidad.
A mi querida Isabel Durán, como pregonera infantil por tener tanta ilusión y fervor por regalar este Pregón a tu Hermandad y a su pueblo. Enhorabuena por tu gran esfuerzo. A ti Ana María, gracias por presentarme, te tengo admiración por tu bello pregón con el que nos deleitaste el año pasado.
A nuestro Hermano Mayor saliente, Don Sebastián Luque, mi cariño y agradecimiento por estar tantos años al frente de nuestra Hermandad con Amor y dedicación. Cristianos, cofrades y vecinos sean todos bienvenidos.
Voy a pregonar lo que eres,
El Cristo que nos salva,
La luz y la esperanza
Óyeme mi Señor
Dame fuerza y compasión
Pon tus palabras en mis labios
Tus eres sabio entre los sabios
Escríbeme este pregón
Yo hablo de tú Amor
De la Cruz y la Vida plena
No sé si la voz me suena
Ayúdame Tú, Señor.
Se mi amparo y mi consuelo
Cristo de la Vera Cruz
Y si me ves caer levántame con tu luz.
Yo aprendí a caminar como me ensañaron mis padres desde chico, que Tú guiarías mis pasos, me tendrías en tus manos. Tú mirada tierna y dulce son mi mayor anhelo. Mis primeros inicios en esta tradición cristiana me la inculcaron mis padres, eran muy blancos, vivíamos en una casa en que se respiraba el ambiente cofrade casi todo el año. Gracias a ellos que me enseñaron los valores
divinos y humanos y a querer a esta Gran Hermandad, amando a los demás porque en ello esta lo que Cristo nos dice, “Amaras a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo” Así es como se ve que somos verdaderos cristianos, aunque siempre esos valores que me enseñaron los llevo dentro de mí.
En mis inicios de niño veía como se multiplicaban las horas de trabajo en la hermandad, recuerdo a los niños y mayores pinchando claveles en los alambres en la antigua casa del teléfono, arriba. En los arreglos de trono en la Iglesia, nos quedábamos toda la noche con las niñas de Corral y de Pepe el de Reyes y demás amigas, recuerdo cómo tomábamos chocolate y magdalena de madrugada, en las bancas de la Iglesia.
Nos encantaba de escaparnos a la sacristía a probar las hostias (sin consagrar por supuesto) y el vino del cura. Mi madre siempre fue mi estandarte en la Hermandad, ella me decía y dice: “Tú te tienes que vestir de penitente hasta que te mueras” siempre se ha encargado de mí y de mis cosas. La primera vez que me vestí tan solo tenía 9 meses y tengo ahora más de 50 y sigo sin haber faltado nunca. Las madres son las mejores maestras de la faz de la tierra porque son las únicas que de verdad enseñan con el ejemplo; sufriendo, llorando detrás de la puerta, moviendo Roma con Santiago, las madres son un milagro. Una madre nunca se hace mayor en la mirada de su hijo.
Me gustaría tener especial recuerdo, en estos momentos, a los costaleros que, con tanto esfuerzo y devoción, se unifican para llevar a nuestros titulares, Tus pasos en la tierra, llevándote a hombros para sacarte por las calles blancas y empinadas de Setenil, personas tan importantes en nuestro cortejo procesional. Costaleros, capataces gracias por estar ahí en las salidas procesionales de nuestros Santos Titulares.
Unas palabras de agradecimiento, con mucho cariño, a esas mujeres y jóvenes de esta hermandad que entre todas contribuyen al adorno floral y limpieza de pasos e imágenes, así como a los que se prestan para montar y desmontar los tronos que tienen un trabajo laborioso y delicado.
Traslado Miércoles Santo
Comenzamos el Miércoles Santo, cuando te trasladamos a tu ermita para bajar en el Silencio (antiguamente era un traslado íntimo entre 5 o 6 personas de la hermandad), hoy en día casi es una procesión, en la que de forma respetuosa, silenciosa, sigilosa te acompañan un gran
número de personas, niños, jóvenes, hombres, mujeres, empezando a revivir la Pasión, tu dolor y sufrimiento.
Que magnificencia poder estar a tú lado para poder conversar contigo en ese silencio sepulcral que se hace palpable cada noche del Miércoles Santo, cuando te llevamos a tú ermita, donde cada año y ya son 473, tenemos el privilegio de estar a Tú lado y de donde nadie quiere retirarse. Todos queremos estar contigo, en Tú ermita de San Sebastián, nos parece que estando a tu lado, rezando, pidiéndote algo muy especial o dándote gracias por un favor recibido, vamos a aliviar Tú pena y tu dolor.
Esta noche me gustaría pedirte algo: Tengo dentro dos asedios, Cristo de toda certeza, que asiente con la cabeza y siempre ofrece remedios. Te dejo lo que más quiero, aquí va mi testamento y Tú has de ser notario detrás del confesionario de mi último momento. Cuando la muerte me llame ante Ti me desvalijo. Señor te doy a mis dos hijos, no conozco mejor Padre al hablarle mientras muero, que siempre a Ti te quieran y que sigan en tus andares.
Jueves Santo
Como Rey mi Amarrado, por las calles de este bonito pueblo, tan humilde, tan callao, sin abrir la boca tan siquiera, golpeándote a bofetadas, burlándose, riéndose y Tú Señor llorando estas por dentro como lo hago yo en los rincones sin que sepa nadie lo que llevo dentro. Y está echada la suerte, su condena está escrita con sangre de su alma, la pasión por cada esquina. Que grandioso Cristo Mio en este pueblo te quisiste quedar!!!! Cuantas gracias te tengo que dar y voy eludiendo tú mirada.
Voy detrás de ti. Contándote las llagas que te hicieron en el pretil. Sólo sales de la villa como un gran coloso, con dos soldados al frente castigándote a latigazos en tus carnes tan ardientes. Sólo entre la gente, en sus manos soberanas atados en la columna y su cuerpo lleno de llagas. Que solo te encuentras Amarrado poniendo tu valor a prueba con tu llanto intempestivo sin acercarnos siquiera.
Sin nadie en tu paso ¿Dónde estamos los cobardes? Que hacemos tantos alardes que mientras te están azotando no movemos un solo dedo para poder pegarle. Ya viene el Señor, el de la corona de espina, mi Amarrado en sus azotes rompiéndole las costillas.
Empezamos el recorrido, Villa, Ayuntamiento, Cádiz, Alta, Cantarería al lado de sus rocas para protegerlo en sus mecías. Calle Ronda, pecho de la Plaza, arriba con Él que no decaiga la fuerza
lo que lleváis en los hombros no es cualquier cosa, es Dios que se hizo hombre para pasar este calvario que da su vida por nosotros desangrándose en los charcos y llegada hasta la plaza que esta San Pedro negando, lo mismo que nosotros le negamos en cada tramo.
¿Ha pasado el estandarte? El Sacramental viene anunciando que ya se acerca el trono con las bocinas tocando y los ciriales en alto, el eco de la banda y el humo del incensario. De dos en dos va la fila y cuando el Palermo mande se quedará su casa desierta y almagre. ¡Te he conocido por tus andares! ¿Tienes sed, quieres comida, te lleva el cirio tu padre, te esta apretando
la hebilla? Tus ojos son dos ojales abrochando tus pupilas. ¡Que penitencia
tan grande para mirada tan chica en la infancia de mi sangre!
Sayones de este pueblo
No pegarle así a mi Padre
Que es un pobre hombre que no se mete con nadie.
Eres dulce latigazo
Imparable ventolera
Eres el oro del sayo que se duerme en tus caderas
Por delante eres un rallo
Que por detrás de ti truena
Por eso este humilde hermano
Te exclama aquí en su demencia.
Le acompaña en su dolor la Madre de todos nosotros, la Virgen guapa
que un día talló nuestro querido Don Luis Álvarez Duarte.
Madre Dolorosa te acompañamos a Ti con lágrimas de dolores, siete
puñales te abrieron en tu lindo corazón.
Tan humilde, tan sencilla sufriendo. Eres la más bella flor que adornas mi
jardín, azucena, lirio, clavel y jazmín.
La rosa más hermosa Virgen de todas las dolorosas.
Eres la flor de los almendros, preciosa como el cerezo que anuncian la
pasión y acompañan tu silencio.
¿Es posible Madre que tantas plantas hermosas te acompañen en tu
versalio para poner tan bonito ese lindo palio?
Eres la que mandas en mí,
ampárame bajo tu manto
Madre de todos los Santos
Tú eres mi sin vivir.
Eres mi letal veneno
la que me quita la vida
y la que me da el consuelo
y yo en mi cobarde huida siempre soy tu nazareno.
Eres la Reina de la Villa
porque todo en Ti es alteza,
lo tuyo es una maravilla
¡Quien creó en Ti tanta belleza ¡
Cuando traspasas el arco y pasa tan despacio la Madre por
nuestra vera y van sus flores vibrando como tiemblan nuestras piernas y
es uno más tras tu estela caminado cabizbajo, perdone mi irreverencia.
Eres la llave maestra con la que la Reina Isabel abrió el postigo de tu
Iglesia, la dolorosa más guapa que hay encima de la tierra.
Silencio…….
Déjenme irme con una protestación de fe hacia la ermita de San
Sebastián, allí empieza nuestra Madrugada, esa procesión que deja al
pueblo y a las personas por un tiempo sin aliento.
Yo empecé hace muchos años con mi querido Rafael Corral, al que le
estoy eternamente agradecido el poder haber ido con él tantos años
cantando. Él me iba dejando que participara cada vez más en el cortejo
e incluso cuando él se paraba me miraba o buscaba para que yo
siguiera con la voz cantando. Así fue y hoy por hoy gracias a él me
encomiendo a recitar este Miserere con tanta tradición y arraigo, junto
con el grupo de hermanos como el Troya, Sebastián, Juan Luque y
muchos más.
(Primera estrofa del canto del miserere)
Es la única procesión que nos pone firme de verdad a todos los que
vamos, ya seamos más participativos o más lejanos. En ella participa todo
el pueblo la cuestión es hacer nuestra estación de penitencia con
Nuestro Cristo hasta la Iglesia Mayor en silencio.
Silencio al pueblo, silencio a los jóvenes y a todos
Señor del Silencio cuantas veces hemos recurrido a ti para pedirte por
alguien o por algo, o para darte gracias o pedirte perdón.
En el estrellado del cielo de una noche iluminada
La luna llora por ver a Cristo en la Madrugada.
Silencio
Silencio que ya viene saliendo este Cristo de la Vera Cruz,
Amortajado en su lecho.
Sus sábanas blancas con crespones negros
La cera derritiéndose con lágrimas de Amor
Sólo la luna te alumbra en tu tremendo dolor
Cristo de mi corazón
Van rezando el rosario como cuentas de sarmientos
Este Señor ya viene muerto
Por todos los pecados que en el mundo cometemos.
Préstame Dios tu madero
Que voy a seguir tus pasos
Perdóname mi fracaso
Que voy a tu matadero
El zigzag de la serpiente esquivando tus espinas
Es la ruta de tus ruinas
El Silencio en el ambiente
Es un alarido hiriente que otorga la redención
Y todos por compasión
Queremos ser tus portadores.
Y yo que nunca fui nada
Que desprecie tu potencia
Lloro ahora en mi conciencia
Rogándote una mirada
Viernes Santo
El Viernes Santo hay en la plazoleta un revuelo de mantillas, militares
y penitentes que van a salir con su Cristo Yacente por las calles de Setenil.
Ese Cristo tan antiguo de talla desconocida que en su urna va metido y
de la guerra se salvaría.
Mi Cristo yacente metido en ese sepulcro me enseña a caminar, libre
para creer sin complejos, libre para ser cristiano y exhibir nuestra
condición, sin temor del que dirán, libre para defender mi fe, ser hijo de
Dios y cautivo de su Amor.
¿Quién te pide a ti perdón con todo lo que perdonas? Él nunca nos
abandona después de tanta traición, voy detrás de mi sombra y delante
mis pensamientos. He pedido a mi Dios, inundado en pecado que me
perdone, mil veces perdón. Poder transmitirlo a mi familia y a todos
refugiándome en vosotros y apoyándome en esta noche que me
encomiendo a hablar en este pregón.
Quién pudiera estar en un balcón
Para mirarte a Ti a la cara
Y verte en tu almohada
En ese digno ambón.
Y yo mi vida te entrego
El alma y el corazón
Y quisiera convertirme
En tu urna de dolor.
No cabe amor más grande ni más fuerte
Ni mayor resplandor de resplandores
Que esta luz que nos da tu Cuerpo Inerte
Acompañada de tu Virgen de los Dolores
La Sangre derramada de tus venas
En efluvios de amor, aunque distantes
Lava nuestra maldad siempre constante
Así como hace el mar con las arenas.
Que las campanas de cielo
Al ver tus ojos entreabiertos
Se niegan a redoblar
Porque no quieren verte muerto
Y los labios de tu boca
Me huelen a caramelo
Y el perfume de tu cuerpo
A tagarnina y romero.
Eres mi pueblo y mi cuna
Hijo de Setenil, pero eres mi libertad
Un cimiento de adoquín
Eres mi sol y mi luna
Mi mentira y mi verdad
Eres mi cielo y mi tierra
Mi tormenta y resplandor
El rocío de mi aurora
De los olivares sus frutos
Blanca flor de mi semilla
Tierra amarga y agorera
Que da voz a mi ronquera
Para llamar la atención
Que a ti todos te quieran.
Tú mi dueño y yo tu esclavo
Tú eres el aire que respiro
Tú silencio yo oración
Tú eres clavo y yo el martillo
Tú eres mi esperanza y yo mi desdén
Tú mi sangre y yo tú piel
Tú mi amor posesivo del que siempre soy cautivo
Donde ayer siempre es ahora que ante tus versos se humilla
Este pobre nazareno que ante Ti se arrodilla.
Viernes dolor y muerte
De luto negro manto
Y en sus mejillas el llanto
Por el hijo que va inerte.
Mucha la pena que lleva
Al hijo muerte le dieron
Y en sudario de seda
Cubierto el cuerpo metieron.
De emoción suspira el cielo
Al contemplar el donaire
Del palio que mueve el aire
Acariciado tu pelo.
Y hasta la música llora
Cuando sales Tú, Señora
A hombros de costaleros.
Que, aunque tus mejillas sean
Por la pena flor marchita
No te igualaran las flores
Aunque sean muy bonitas
Con sus mejores colores
Y siempre serán bonitas
¡Mi Virgen de los Dolores ¡.
Tus lagrimas son mis lagrimas
Como la cera en tu paso
Que chorrean a borbotones
En los candelabros de Tú palio.
Germina la rosa blanca
Que duerme siempre a tus pies
Yo soy tú labrador para podértela ofrecer.
En un sepulcro de piedra
Tu pecho Madre guarda
Mas del cielo las estrellas
A tu corona tan bella,
Bajaron como esmeraldas
Y sobre ti se posaron
Y tus sienes coronaron
¡Señora para adornarla ¡
Acompañándote en Tú dolor y sufrimiento van esas mantillas guapas,
siempre de la mano de su Virgen que, aunque haga mal tiempo en la
villa ahí están ellas.
Domingo de Resurrección
Cristo vence a su destino, Él resucita y yo muero, cuando sale de la Iglesia
con su mata de romero.
Estas palabras quiero y deseo que lleguen a vuestras almas, este es el
titular: “Cristo Vive y nos Ama” Vive porque Resucita y se desprende la
muerte.
Ya ha pasado ese dolor, este trance de amargura, la Pasión, la Cruz, los
Dolores, el Sufrimiento, el Triunfo de Jesús sobre la muerte, penitencia y
gloria, alegría y amor, vida y resurrección, hondura en la fe, autenticidad
de sentimientos, la más grande fiesta la Semana Santa de mi pueblo.
El domingo, aunque no lo creamos, es un día grande en nuestra
Hermandad, ya que es día de alegría, de baile y de convivencia entre
nosotros mismos. Penitentes a cara descubierta, colorido en todo su
exorno, azul del cielo y sol pletórico.
El pueblo resplandece de luz porque todo brilla con el día, el verde en sus
tajos, la cal salpicada en las sombras de las paredes.
Recuerdo siendo niño el recorrido tan largo que hacíamos por la
carretera y Cuevas del sol ¡Que procesión tan larga ¡pero terminábamos
bailando en la plaza.
Déjeme paso por favor, que estoy en un sinvivir, quiero ver del que en un
establo nació porque lo quiso parir una Virgen del Rosario que se
encuentra en Setenil. Esta Virgen del Rosario te acompaña en tu alegría
y os baila en la plaza hasta que acaba el día.
Si aquí estuviera mi padre ¡Como te bailaría ¡porque Tú eres lo que más
quería. No hacía falta que mama te dijera que necesitaba: un manto,
una saya o un rosario, siempre estabas dispuesto para comprarle lo que
pedía.
Papa, desde las ventanas del cielo estarás con toda la familia, son
muchos los que faltan: abuelos, tíos, tías y todos los hermanos de esta
hermandad y estaréis jubilosos por verme esta noche en este atril
pregonando a nuestra Semana Santa que, aunque no sea un buen
escritor me sale del corazón.
No soy muy expresivo como tampoco tú lo eras, pero lo que sentimos lo
llevamos en el alma hasta morir.
Eres la Virgen más antigua, la que se recuperó de aquella guerra, con tú
Niño aquí en la mano, que tu hermosura renueva cada año en un
romance, la mujer que más gobierna la del adorno engarzado, que se
engalla en su silueta, la que sale cada domingo con su sonrisa abierta,
eres la más bonita de todas las primaveras.
Madre Mia me voy tras de ti
Mis alas y mi sostén
Mi cirio y mi bandera
Mi cruz y lo que quieras
Mi principio y mi fin
Mi calvario y mi calavera
Y ante Ti cuando Dios quiera mis dos palabras postreras serán:
Vera + Cruz Setenil y Amen

Descubre más desde
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

