FOTOS: MARIO GARCÍA VARGAS y MARI DOMÍNGUEZ GUZMÁN
La Semana Santa de 2024 se ha celebrado en unas condiciones atípicas marcada por la lluvia. Ninguna estación de penitencia se pudo llevar a cabo con normalidad debido a las inclemencias meteorológicas, salvo el Silencio. El Jueves Santo, en un respiro del agua, fueron trasladados el Amarrao y la Virgen de los Dolores desde la Casa Hermandad hasta la Iglesia de la Encarnación, donde los hermanos pudieron rezarle a sus titulares y vivir un emotivo acto de encuentro. El Viernes Santo, el recorrido se vio frustrado por las precipitaciones sobrevenidas, que alteraron la procesión. Y, finalmente, las previsiones meteorológicas adversas hicieron que se suspendiera con antelación la procesión del Resucitado del Domingo.